Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno Bonilla vuelven a chocar públicamente y dejan al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en una posición complicada. Si no hace mucho el responsable andaluz presumía de que en su comunidad autónoma no existía la “confrontación” que sí había en Madrid, ahora el motivo de las contradicciones ha sido una cuestión puramente política (entendiendo como tal las medidas): el acuerdo in extremis del Gobierno con Junts y el posterior apoyo de la formación de Génova para sacar adelante medidas sociales como el abaratamiento del transporte público o la revalorización de las pensiones.

Primero fue el responsable andaluz quien, la semana pasada, daba un tirón de orejas al gallego por la relación que la formación conservadora había adoptado con el PNV a tenor de la cesión del edificio de París que la Gestapo expropió al Ejecutivo de Euskadi en tiempos de la ocupación nazi de Francia; una cuestión que incluía el decreto ómnibus que las derechas tumbaron en primera instancia. Sobre ello, Moreno Bonilla era muy claro: el PP no puede “quedar aislado” en el Congreso de los Diputados.

En el marco parlamentario actual, en el que la política no se entiende sin pactos, el presidente de Andalucía emplazaba a la necesidad de tender puentes con la totalidad de actores parlamentarios a excepción de EH Bildu. Esto incluía a la formación de Carles Puigdemont considerando que los independentistas son “mucho más” que éste y que, para evitar quedarse solos frente al resto de grupos, es necesario mantener una “relación fluida” con los dos actores.

Ayuso se distancia de Moreno Bonilla y del PP

De manera bien distinta se ha pronunciado la presidenta de la Comunidad de Madrid en las últimas horas, al indicar que ella con los partidos nacionalistas no iría ni a la vuelta de la esquina. De la forma tan directa que le caracteriza, Ayuso envió nuevamente el mensaje de ‘Con Vox, sí; con el independentismo no’.

“¿Usted comparte las declaraciones del señor Tellado, diciendo que hay que entenderse con Vox sin ningún tipo de complejos?”, le preguntaron en Valdemorillo, donde se encontraba clausurando la VI Ruta del Garbanzo. “Sí”, respondió sin titubeos.

“¿Comparte las declaraciones del señor Moreno en las que dice que hay que entenderse con Junts, aunque no sea con el propio Puigdemont?”, insistieron los periodistas; a lo que ella, tajante, sentenció: “Yo con el nacionalismo no iría ni a la vuelta de la esquina (…) Son los que están causando todo destrozo institucional, económico, social; el independentismo y el nacionalismo con los cánceres que están carcomiendo la vida pública, las instituciones y la vida ordinaria de los españoles. Odian a España, viven de los españoles y sólo han venido para hacer daño”.

También le preguntaron sobre una cuestión que la baronesa popular no había explicado en público; la que tiene que ver, precisamente, con el decreto ómnibus. “¿Cree usted que el PP debe votar a favor, teniendo en cuenta que sigue incluyendo algunas cuestiones a las que se oponía su partido?”. “No me gusta que el Gobierno secuestre la voluntad de los ciudadanos, a los que dice representar con decretos donde lo mezcla todo”, se limitó a decir, para añadir: “Pienso que un tema son las pensiones, otro las ayudas de la DANA… Son temas distintos”. Así, se alineó en la defensa con su partido.

No es el primer choque

Ambos líderes habían demostrado sus asperezas con anterioridad y dejado a Feijóo en una situación complicada en referencia a la línea de actuación del PP. De hecho, las que son seguramente las dos caras más reconocibles dentro de la formación no eludieron entrar en el cuerpo a cuerpo las pasadas navidades, cuando Moreno Bonilla habló directamente de la “confrontación” que se da en otros puntos del mapa -refiriéndose a Madrid-  e invitó a dejarla de lado para adoptar una posición más moderada.

“De lo que más orgulloso me siento es de que en Andalucía no ha llegado con las virulencias, las formas que se ven en otros espacios, especialmente en Madrid, esa confrontación, esos bloques, ese nivel de tensión que se vive allí”, desgranaba la persona que para algunos ha superado a Ayuso en hipotético relevo de Feijóo. 

Sobre esto último, Moreno Bonilla siempre se ha distanciado, queriendo mantener -a menos de puertas hacia fuera- que su lugar sigue en Andalucía, a menos hasta 2026, cuando tendrán lugar las próximas elecciones si se atiende a que el actual presidente de la Junta no tiene intención de adelantarlas “salvo que hubiera un fenómeno extranatural o una causa mayor muy grave”. “No hay ninguna posibilidad porque tenemos una mayoría suficiente que nos permite gobernar, aprobar los presupuestos en tiempo y forma”, sostuvo antes de que la vicepresidenta María Jesús Montero anunciara que daba el salto a la pelea regional.

Frente a esto último, tampoco escapa que Moreno Bonilla parece tener miedo a que Montero provoque un “efecto Illa”. Por el momento, el PP estaría manejando todas las hipótesis, desde reeditar la mayoría absoluta hasta la derrota electoral.