El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha comenzado el año volviendo a dejar evidencia de sus diferentes varas de medir y cambios de parecer. Después de llevar legislatura y media acusando a Pedro Sánchez de “golpista” y de negociar con “prófugos de la justicia”, el líder del PP ha abierto la puerta a conversar con Junts para sacar adelante una moción de censura contra el presidente del Gobierno.
No han sido pocas las veces en las que Feijóo ha recriminado las conversaciones del rostros del PSOE o de Sumar con el dirigente de Junts, así como también ha exigido el cese de miembros del Gobierno por reunirse con el catalán. Después de haber exigido el cese de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno, por haberse reunido en Bruselas con Carles Puigdemont, Feijóo criticó la foto del PSOE con el catalán durante las negociaciones para la investidura.
“Hablar no es lo mismo que pactar (…) Lo que está ocurriendo en España en los últimos años es una enmienda a la Transición española”, dijo en la ocasión de Díaz, para después, con la foto de Santos Cerdán, asegurar que “después de la foto con Bildu” llegaba “la foto en Bruselas con un huido de la justicia”. “Dejen de jugar a espaldas de los ciudadanos, digan qué negocian y acepten que los españoles sean consultados en unas elecciones porque no merecen un Gobierno nacido de una mentira”, añadía.
Tras el regreso de Carles Puigdemont a España, en agosto del pasado año para participar en un mitin de Junts en Barcelona, el líder del PP aseguró que era “una humillación insoportable”. “Lo que era la preocupación personal de Puigdemont ahora es una de las prioridades de todo el Gobierno de España: la alfombra roja con la que hemos visto a Puigdemont lleva las siglas del PSOE”, apostillaba por su parte, Cuca Gamarra, secretaria general del PP.
Por eso, sorprenden las tragaderas de hoy de Feijóo, y también de Santiago Abascal, líder de Vox, para buscar un apoyo en los neoconvergentes que haga prosperar una hipotética moción de censura. Feijóo cerró 2024 asegurando que “no dan los números” para una moción de censura, pero ha entrado en 2025 un tanto más optimista, a la muestra están sus declaraciones este lunes ante el micrófono de Carlos Alsina en Onda Cero, cuando empezó a lanzar guiños a una posible alianza con el partido nacionalista.
“El señor Puigdemont deberá decidir si el señor que le ha engañado es de fiar”, respondía Feijóo, para terminar de confirmar este martes su cambio de parecer en un desayuno informativo en Madrid: “Aquellos que apoyaron la moción de 2018 deberían apoyar cualquier moción que se presente”. “Es urgente devolver a los españoles la posibilidad de decir cómo quieren ser gobernados. El que crea que es razonable tiene las puertas abiertas para conversar”, ha subrayado.
En Vox parecen sufrir este mismo mal. Después de sus infructuosos intentos de presionar a Feijóo para que dé el paso, Santiago Abascal confirmó este fin de semana que apoyará cualquier intento de moción de censura, aunque esta incluya al partido que quieren ilegalizar y cuyo líder querrían ver entre rejas. La etiqueta de "golpista" no apareció en la entrevista concedida por el líder de la ultraderecha a OkDiario, en la que matizó que su alineamiento con Junts está condicionado a que el líder del PP convoque elecciones inmediatamente después de una hipotética censura a Pedro Sánchez.
Pero un vaso de agua fría le ha caído tanto a PP como a Vox en su búsqueda de apoyos a una moción. Desde Junts, su secretario general, Jordi Turull, ha descartado dar apoyo a las derechas nacionales en una moción, tildando de “broma macabra” el prestar sus siete diputados a la causa del PP.