El borrador del informe del comité del Parlamento Europeo que se debatirá en la Eurocámara el próximo 12 de enero con motivo del Dieselgate -o fraude de emisiones contaminantes del Grupo Volkswagen- critica duramente a España, Italia y Francia. Según dicho informe, estos tres países especialmente presionaron a la Unión Europea para que no endureciese las pruebas de emisiones a los vehículos. Pero esto ocurrió antes de que, en septiembre de 2015, se destapara el escándalo. De hecho, el borrador señala que desde 2012 había "claros signos de que algo ya estaba mal en las emisiones de los coches diésel".

El informe, redactado por el liberal holandés Gerben-Jan Gerbrandy y el europarlamentario alemán de centro-derecha Jens Gieske, añade que al tener la industria de la automoción un gran peso en la economía de estas tres naciones, "favorecieron unos métodos menos estrictos en los controles. Es escandaloso que los fabricantes engañaran, pero esto se agrava por el hecho de que básicamente todo el mundo sabía esto durante años y, sin embargo, se hizo muy poco para abordarlo". Según se refleja en el escrito, ni los gobiernos nacionales ni la Comisión Europea habrían cumplido "con sus obligaciones legales y administrativas".

Además, tras conocerse el escándalo de manipulación de emisiones, varios países de la Unión Europea no adoptaron un "sistema de multas efectivo, proporcionado y disuasorio". En este sentido, recordemos que España ha sido demandada por la Unión Europea debido a la no sanción al Grupo Volkswagen en relación a este asunto. Por último, la Comisión Europea propuso en enero de este año realizar unas pruebas de medición de CO2 y de NOx más estrictas; no obstante, éstas todavía no han sido aprobadas ni por los países de la Unión Europea ni por el Parlamento Europeo.