El programa de Susanna Griso ha sido un auténtico desfile de rostros célebres políticos. Aguado, Arrimadas y Rocío Monasterio. Después de que el primero negase la entrada de Vox en el futuro gobierno regional, la líder de Vox en la Comunidad de Madrid ha advertido que el partido ultraderechista será “determinante y marcará la política de Madrid y España”.

Monasterio, tras conocer las palabras de Aguado, ha deslizado que “Ciudadanos tiene que pensar muy bien lo que va a hacer”. “Su votante no entendería que entregara Madrid al socialismo por no pactar con Vox”, explica. Además, ha confirmado que los ultraderechistas serán “más exigentes” y advierte que “no va a ser como Andalucía”.

Monasterio ha reclamado un puesto en la mesa de negociación con Isabel Díaz Ayuso, a la que dice no conocer apenas. Reconoce que “no me ha llamado todavía” y ha escondido las peticiones de su partido para apoyar al Partido Popular en la investidura. De momento, la líder de Vox celebra que “hayan dejado de insultarnos y llamarnos ‘pistoleros’”.

Tras volver a pedir respeto “para mis votantes”, exige que “se hagan valer sus votos y sus escaños”. La dirigente ultra reconoce que “no hemos rebajado nuestras pretensiones”. “Voy a exigir sentarme en una mesa negociadora” y pide a los demás que les llamen y les respeten, puesto que “son ellos los que nos tienen que llamar”.

Monasterio ha demostrado que está crecida, pese a unos resultados electorales discretos donde ha perdido infinidad de apoyos. “Somos determinantes en Madrid y en la Comunidad” y advierte que “Vox marcará la política no sólo de Madrid, sino de toda España”.