El marido de Teresa Romero, Javier Limón, ha comparecido este lunes en rueda de prensa en su primer día de recobrada ‘libertad’ después de 21 de encierro en el hospital Carlos III-La Paz. Limón ha estado controlado ante una posible infección después de que se detectara el ébola en su esposa, ya libre de él aunque todavía aislada en el centro. Había expectación ya que Limón ya había anunciado su intención de emprender junto a Romero acciones legales contra el consejero de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, que acusó a Romero de no saber ponerse el traje y de haber mentido sobre su enfermedad, aunque luego trató de disculparse por carta. Pero su intervención ha sido ante todo un acto de gratitud a los profesionales sanitarios que han tratado a Romero y a todas las personas que les han apoyado en estos días tan duros. “Hoy es día de agradecimientos, ya llegará el de los reproches”, ha resumido.

Errores políticos en la gestión del ébola
Limón se ha declarado nervioso ante los periodistas y por ello ha anunciado que leería un comunicado para no dejarse “nada en el tintero”. Entre sus agradecimientos se ha acordado de “los medios de comunicación” porque sin ellos “este asunto tan mal tratado por los políticos habría pasado desapercibido”, y de la que ha sido su portavoz hasta este fin de semana, Teresa Mesa, si bien sus principales muestras de agradecimiento fueron para los “profesionales sanitarios” que con su “dedicación y cariño” han sacado adelante a su esposa. “Creo en la sanidad española, una de las mejores del mundo gracias a gente como Teresa”, ha apuntado. También cree que esta “es una historia llena de errores y desaciertos” por parte de los políticos y ha recordado que “el ébola ha matado a miles de personas en África” y solo nos ha preocupado al llegar aquí.

Agradecimiento a los sanitarios y recuerdo a Excalibur
“Tere nunca ha sido culpable”, ha apuntado sobre la infección de su mujer, insistiendo en que ella es responsable de su “dedicación a los demás, se ofreció voluntaria” mientras que “nadie comprobó que se hizo mal y eso pudo llevarla a la muerte”. “Queremos que se depuren responsabilidades y me refiero a Javier Rodríguez”, apuntó, recordando que el consejero había acusado a Teresa. El agradecimiento más emotivo llegó cuando se dirigió a los equipos sanitarios de los hospitales de Alcorcón y Carlos III: “A ellos les debo que me hayan devuelto a mi mujer”. Otro momento emotivo ha sido el recuerdo a su perro sacrificado por prevención cuando fueron ingresados, Excalibur, al que se ha referido como el hijo que Teresa y él no han tenido.