El ministro de Economía, Luis de Guindos, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. EFE

 

 


El Gobierno no ha tenido más remedio que reconocer fuera lo que oculta en España. El déficit real de 2012 sobrepasa el 10% (estaba previsto el 6,3%), después de que Bruselas haya corregido los datos dos veces, y no una como ha venido manteniendo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Al final el salvamiento de los bancos pasa una factura mayor de la esperada, a pesar de que los datos no hayan sido hechos públicos en España.

Gira de la “marca España”
Coincidiendo con el inicio de los viajes del ministro de Economía, Luis de Guindos, y de un grupo de empresarios por el mundo, con el objetivo de defender la “marca España”, el Gobierno ha preparado un dossier en el que se reconoce que el déficit real sobrepasa el 10% y deja constancia de que el salvamento de la banca ha pasado ujn a factura mayor de la esperada. El documento intenta ocultar la cifra global pero deja claras las dos rectificaciones que le ha hecho a España la Comisión Europea.

Dos rectificaciones
Hasta el mes de marzo el Gobierno reconocía un déficit global de las administraciones públicas españolas en 2012 del 9,99%. No sobrepasaba la línea sicológica del 10% porque asignaba un 6,74% de déficit al conjunto del Estado (4,80%), las autonomías (1,73%) y los ayuntamientos (0,20%), y le sumaba un 3,25% de déficit adicional por el salvamento de la banca nacionalizada. Pero en Bruselas han cambiado las cifras. El 6,74% de déficit de las administraciones se ha convertido en un 6,98%, cuestión a la que el Gobierno no ha puesto mayores objeciones y ha achacado el cambio a un nuevo criterio de contabilización de Eurostat.

Montoro, en sus trece
Lo peor de este asunto mes que esta no ha sido la única corrección hecha a las cifras oficiales. El déficit achacable al saneamiento de la banca nacionalizada, que hasta marzo era oficialmente del 3,25% del PIB, ha crecido hasta el 3,65% sin que el Gobierno haya reconocido en España un cambio de este calibre. Fuentes próximas al Ejecutivo consultadas por ELPLURAL.COM señalan que la rectificación no tiene mucho calado, ya que el Gobierno confía en que el dinero inyectado a la banca no cuente finalmente como déficit, sino solo como deuda al ser considerado inversión en lugar de gasto.

El agujero de la banca
En cualquier caso, lo cierto es que el nuevo déficit reconocido por el Gobierno en la documentación que llevan el ministro De Guindos y los empresarios españoles suma un 10,63% del PIB en lugar del 9,99% que figuraba en los papeles que manejaban Moncloa y Montoro hasta marzo. La corrección a las cifras de las administraciones públicas ya había sido reconocida, pero el incremento de agujero creado por el saneamiento de la banca ha sido hasta ahora un secreto muy bien guardado.

No es sólo contabilidad
El Gobierno vende en el exterior que la cifra final depende exclusivamente de lo que decida Eurostat sobre la contabilización del saneamiento bancario, pero olvida una cosa más. En los papeles que manejan los emisarios españoles se señala que la inyección e dinero en la banca se ha hecho una sola vez y no va a reproducirse en años posteriores. Sin embargo, el posible agujero de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), absorbida por Sabadell, está asegurado por hasta 10.000 millones por el Estado y todas las preferentes que la banca nacionalizada tenga que reembolsar a los inversores será compensada mediante aportaciones adicionales del Estado.

Flexibilidad ministerial
La cifra final es imposible saberla de antemano, pero lo que pone de manifiesto una vez más la actitud del Gobierno es que la transparencia, en cosas tan evidentes como el déficit de las administraciones públicas españolas, sigue brillando por su ausencia y la realidad se presenta de dos maneras diferentes, dependiendo de si es fuera o dentro de España. Otro ejemplo: la reducción salarial de los españoles se presenta fuera como un logro de la reforma laboral cuando dentro la ministra Fátima Báñez sólo habla de reducción del número de despidos por un aumento de la flexibilidad.