A la izquierda el doctor Pedro Cuevas junto a un joven libanés que padecía ceguera producida por la degeneración macular y que ha recuperado la visión. Ahora estudia ingeniería industrial.



La OCU ha presentado ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia una denuncia contra los laboratorios farmacéuticos Roche y Novartis por impedir la distribución de un medicamento más barato para tratar la degeneración macular asociada a la edad causa principal de ceguera en mayores. Sin embargo, para el científico de fama internacional  Pedro Cuevas, uno de los principales investigadores de esta enfermedad, el problema de estos fármacos no radica en el precio sino en “los terribles efectos secundarios que pueden provocar y por los que se han prohibido en otros países”, según ha señalado en una entrevista con ELPLURAL.COM.

La denuncia de la OCU viene precedida por una multa que Italia impuso a estos laboratorios. Según la organización de usuarios entre los dos fármacos Avastin (ocho euros) y Lucentis, (890 euros), se proponía el segundo a fin de que los médicos lo utilizaran de forma preferente. Para el doctor Cuevas, quien durante años ha investigado sobre este tipo de ceguera y cuya denuncia sobre los efectos de estas medicinas precedió a su jubilación forzosa en el Centro hospitalario Ramón y Cajal donde trabajaba, el gran riesgo son los efectos secundarios posibles que han sido publicados ya en revistas científicas de prestigio.

P. Afirma usted que a la OCU en su denuncia contra Roche y Novartis se le ha “escapado” el principal problema de los medicamentos Avastin y Lucentis.

R. Si, la OCU  sólo se ha ocupado del aspecto economicista, desdeñando (y es lógico que lo ignore) el aspecto más importante: la seguridad del medicamento.

P. El hecho de que el más caro de los dos medicamentos se estuviera recetando por norma en los centros hospitalarios es algo que usted ha señalado repetidamente.

R. Desde hace tiempo, lo comunique personalmente al Sr. Fernández Lasquety en su despacho de la Consejería de Sanidad. Anteriormente se lo comunique por escrito a la Gerencia del Hospital Ramón y Cajal, en la memoria que se me pidió para prolongar mi actividad laboral hasta mi jubilación.

P. Sin embargo, la  principal denuncia que usted ha realizado como investigador de procesos como la degeneración macular han sido siempre los efectos secundarios de estos medicamentos. ¿Qué efectos secundarios producen?

R. Tanto Avastin como Lucentis inyectados en el vítreo (dos medicamentos muy similares y con idénticos efectos) destruyen el factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF=vascular endotelial growth factor), factor sin embargo  imprescindible para la supervivencia de las células retinianas y del endotelio vascular (capa interna de los vasos sanguíneos). Además,  en la degeneración macular asociada a la edad la barrera fisiológica que separa la retina del resto del organismo está alterada, y por tanto existe el riesgo de  que al inyectar en el vítreo Avastin o Lucentis puedan difundir a la circulación general, provocando  efectos secundarios  tanto oculares como no oculares (sistémicos)

P. ¿Cuáles son los efectos secundarios oculares?

R. Son efectos oculares importantes: Fibrosis macular el 50% de los casos pueden desarrollarla a los dos años del tratamiento crónico (Ophthalmology 2014). Atrofia geográfica (desaparición de las células visuales): 1/5 de los pacientes puede desarrollarla a los dos años. Aumento de la presión intraocular. Endoftalmitis. Riesgo de hemorragias retinianas. Desprendimiento del epitelio pigmentario retiniano. Vasoconstricción (espasmo) de la arteria retiniana. Isquemia retiniana.

P. ¿Y los sistémicos?

R. Los posibles efectos secundarios sistémicos se refieren a riesgo de infarto cerebral y miocárdico; tromboembolismo; deterioro cognitivo: alteración de la sinapsis (conexiones interneuronales del hipocampo cerebral). Y también se corre peligro de hipertensión arterial;  perforación intestinal; retraso en la cicatrización de las heridas; fracaso renal; disminución del sulfactante pulmonar y alteración en la función de las glándulas endocrinas (tiroídes, suprarrenales, hipófisis).

P. En este sentido y avalando su propia investigación, una revista científica de la talla de Ophtalmology ha revelado estos efectos secundarios tras dos años de pruebas en pacientes. ¿Qué supone esta publicación?

R. Esta publicación refuerza los datos que previamente y aisladamente se habían publicado en diversas revistas oftalmológicas en seguimientos más cortos. Cualquier oftalmólogo que conociera los datos publicados por esta prestigiosa revista debería plantearse si el uso oftalmológico tanto de Avastin como de Lucentis está deontológicamente justificado.

P. ¿Están prohibidos  o no recomendados estos medicamentos en otros países?

R. El uso del Avastin está prohibido en diversos tipos de cánceres en EEUU y Reino Unido. El uso de Lucentis en oftalmología ha recibido una condena en Italia y próximamente con casi total seguridad en Francia.

P. ¿Por qué en España se insiste en su uso pese a los avisos recibidos?

R. Lo desconozco, pero sospecho que podrían existir intereses económicos bastardos.

P. Usted en el curso de su investigación comprobó que otro medicamento de un coste muy inferior producía resultados positivos en los enfermos sin provocar efectos secundarios. ¿Qué eco ha tenido en Sanidad su trabajo?

R. Ninguno, más bien persecución. Hace unos dos años, un artículo-entrevista sobre este particular en un periódico de tirada nacional importante fue vetado por el responsable de sanidad del periódico, dos días antes de su aparición. También al parecer, los máximos responsables de Roche en España presionaron al Presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para que la noticia que resumía nuestros descubrimientos en colaboración con el CIB fuera vetada tres días antes de ser colgada en la página web.

P. ¿Y fuera de España?

R. Nuestros trabajos han sido publicados en revistas científicas importantes. A raíz de nuestras publicaciones, he sido nombrado evaluador de varias publicaciones científicas internacionales oftalmológicas.

P. ¿De qué manera se realizan las compras de medicamentos en los hospitales?

R. Lo desconozco, pero intuyo que es a través de un comité de adquisición de medicamentos en el propio hospital donde participan especialistas del medicamento que se quiere adquirir. Lo que sí me parece inadmisible es que participen en estas decisiones médicos consultores de las diferentes compañías farmacéuticas con un mercado oftalmológico importante (Bayer, Roche) que se verían enormemente beneficiadas en la elección del medicamento.

P. ¿Se ha dirigido usted a la OCU?

R. No

P. A usted le jubilaron forzadamente en su puesto de investigador en el Ramón y Cajal cuando insistía precisamente en los malos efectos de estos medicamentos para los pacientes. ¿Piensa que el desaconsejar estos productos pudo motivar su “jubilación”?   

R. Seguro