Los últimos incendios declarados en la Comunidad de Madrid han pillado a los Bomberos Forestales en plena huelga. Los profesionales que arriesgan su vida para salvar las de la ciudadanía y contener las llamas llevan desde el mes de marzo advirtiendo de que la escasez de recursos y la precariedad de sus plantillas tendrían consecuencias nefastas durante el verano y así ha sucedido. La administración madrileña y su empresa concesionaria, TRAGSA, ignoraron este recurso vital y las protestas de sus trabajadores durante los meses previos a la época estival y ahora se lavan las manos.
Los Bomberos Forestales de la Comunidad de Madrid están sujetos a una temporalidad de casi la mitad de la plantilla, que solo es contratada durante los cuatro meses veraniegos; no cuentan con un plan de riesgos laborales específico ante su exposición a agentes cancerígenos; y, por si fuera poco, llevan con su convenio y salarios congelados desde hace más de diez años, percibiendo una nómina neta media que apenas roza los 1.300 euros al mes. Por este trato laboral llevan meses manifestándose frente a la Consejería de Medioambiente y la sede de TRAGSA y solo han recibido señalamiento del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso.
Las renuncias por la miseria salarial siguen llegando. La semana pasada se fueron 10 compañeros y ya faltan 33 plazas por cubrir
La baronesa del Partido Popular (PP) calificó la huelga convocada por los Bomberos Forestales de “sin sentido” y aludió al crítico momento anual para tirar de chantaje emocional y poner la diana sobre los trabajadores y sus protestas lícitas. Como no podía ser de otra manera, también aludió a que podrían existir otras motivaciones, argumento que Ayuso siempre airea cuando un colectivo laboral dependiente de la Comunidad de Madrid reclama una mejora en sus precarias condiciones. Ahora, con la presidenta en Miami, los Bomberos Forestales están dando la cara en Tres Cantos bajo servicios mínimos.
“Estamos trabajando en servicios mínimos, con once dotaciones terrestres, una dotación” helitransportada sin medio aéreo, aspecto que han denunciado en reiteradas ocasiones; “una unidad de ingenieros forestales y una unidad de logística”, han detallado los Bomberos a través de sus redes sociales, que en ese momento se encontraban “defendiendo la urbanización Soto de Viñuelas”. En la madrugada de este lunes, los trabajadores han comunicado que “la evolución es favorable, pero el incendio aún permanece activo debido a la extensión del mismo”. “Seguiremos trabajando toda la noche intensamente”, han añadido, dejando claro que “aún en servicios mínimos, nosotros cumplimos”.
No llegamos a final de mes con 1.300 euros por jugarnos la vida
Los Bomberos Forestales de la Comunidad de Madrid no abandonará a la ciudadanía ni a los montes, como no ha sucedido nunca. Pero la situación detonada con el incendio de Tres Cantos no ha hecho más que reforzar y dar sustento a sus protestas. De haber escuchado a los profesionales en febrero la situación podría haber sido diferente, o quizás no, pero lo que es seguro es que los trabajadores tendrían más recursos para combatir los incendios que arrasan el territorio madrileño y los aledaños de la Comunidad.
“Basta de tirar balones fuera”
Años tras años, una vez superados la peor época de incendios, todos los analistas y políticos se llenan la boca con la oración que parece una máxima ya asumida por el conjunto de la sociedad: “Los fuegos se apagan en invierno”. Sin embargo, es excepcional el territorio o servicio donde a posteriori se atiende a este dicho y se invierte. Los Bomberos de la Comunidad de Madrid se lo han recordado a Carlos Novillo, consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de Ayuso, pocas horas antes de activarse el incendio de Tres Cantos.
“Señor Novillo, basta de tirar balones fuera. Somos sus bomberos forestales”, han espetado los trabajadores como respuesta a unas declaraciones en las que el consejero se lavaba las manos por la situación laboral. “¿Que les decimos a nuestras familias cuando no llegamos a final de mes con 1.300 euros por jugarnos la vida?”, le han trasladado como pregunta a Novillo, recordándole que “la temporalidad, el estado de las bases y la categoría dependen de la Comunidad de Madrid”, mientras que a TRAGSA le corresponde la renovación del convenio colectivo.
“Llevamos desde nuestro nacimiento como dispositivo en la década de los 80 siendo responsables con la seguridad ciudadana y nuestro patrimonio natural. Tenemos un convenio que data de 2008, con un salario que apenas han variado desde 2010”, han relatado los bomberos. Para solventar esta situación han intentado reunirse con Novillo, pero ha sido en vano, pese a las protestas que llevan activas desde marzo. “Durante todo este espacio de tiempo, ¿qué responsabilidades han cumplido ustedes con nosotros?”, acusan los bomberos.
“Las renuncias de compañeros siguen llegando por la miseria de sueldos para vivir en la Comunidad de Madrid. Hace una semana se fueron diez compañeros y ya son 33 plazas sin cubrir”, han expuesto los trabajadores las consecuencias de su precaria situación. “Por estas cosas y muchas más, los Bomberos Forestales decimos ¡BASTA YA!”, han zanjado, dejando claro que no se detendrán en su lucha por adecuar sus condiciones laborales a parámetros de dignidad.