El acercamiento y la actitud dialogante que Pedro Sánchez abandera desde su aterrizado en Moncloa para distender las relaciones entre Cataluña y España no están dando sus frutos. O al menos así lo cree Josep Borrell. El ministro de Exteriores considera que la “política del ibuprofeno, intentar rebajar la tensión a ver si, con los ánimos más calmados, es posible afrontar la situación con más racionalidad”, no está funcionando.

Así lo dijo en un desayuno en Foro ABC, donde insistió en que el presidente del Gobierno ha intentado en todo momento “rebajar los niveles de crispación”, aunque con "poco éxito".

Buen ejemplo de ello fue el debate del Congreso de los Diputados durante el pleno monográfico sobre Cataluña y el Brexit. El líder del Ejecutivo advirtió al president de la Generalitat, Quim Torra, de que si hace caso omiso a la carta remitida por el Gobierno en la que cuestionaba la inacción de los Mossos d’Esquadra en los cortes de autopistas protagonizados por los CDR, activará a la Policía Nacional: “Un número suficiente de efectivos que garanticen la seguridad de todos los catalanes”. Sánchez consideró que es “injustificable” la inacción y ha pedido al Govern que “cumpla con sus obligaciones”. Con respecto a las declaraciones de Torra sobre la vía eslovena, Sánchez recordó que el camino para resolver los problemas es la Constitución y “todo lo que se situé fuera de ella y del Estatuto de autonomía” contará con la “respuesta firme pero serena, proporcional y contundente del Estado social y democrático de Derecho”.

Su postura no fue bien recibida por parte de las formaciones independentistas. El portavoz de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) en el Congreso de los Diputados, Joan Tardà, acusó a Sánchez de estar sumergido ya en la campaña electoral y le advirtió que, de seguir por los actuales derroteros, “nos van a abocar a de nuevo a la desobediencia”.

“Frente a su retórica en blanco y negro, estéril por amenazante, superficial por burda, y vacua por falta de propuestas”, dijo Tardà, “ERC no va a perder los nervios”. Sánchez ha propuesto diálogo, coser las heridas porque considera que el debate no es sobre la independencia, sino sobre la convivencia. En este sentido, Tardà tendió la mano a dialogar, pero “¿sabe dónde está el cambio mental que se requeriría? Que asumamos que el referéndum es inevitable”. En consecuencia, “dialoguemos sobre el cómo, el cuándo y sus características”, pidió el portavoz de ERC.

A juicio de Borrell, Torra “ha obligado al Gobierno a actuar haciendo lo que debía hacer”. No obstante, matiza que se pueden adoptar medidas legales distintas al artículo 155 de la Constitución porque “hay otros instrumentos para hacer frente al problema que se plantea”.