Podemos fijó sus condiciones para los Presupuestos la semana pasada: ruptura de relaciones con Israel y bajar por ley un 40% los alquileres. Un “mínimo exigible”, dicen en la formación, que comparten sus bases. El partido lo sometió a consulta entre sus militantes y el resultado es positivo para los cuatro parlamentarios morados que ahora están en el Grupo Mixto. Casi el 90% de los inscritos han avalado los requisitos planteados por la dirección, que ha emprendido el camino para recuperar la supremacía en el espacio a la izquierda del Partido Socialista, frente a un Sumar que ahora mismo pasa por un momento de suma delicadeza.

El 89% de los 38.324 inscritos que han participado en la consulta lanzada por el partido, que arrancó el martes y concluyó en la medianoche del domingo al lunes, han decidido respaldar la postura de la dirección de condicionar su voto a los Presupuestos Generales del Estado a la ruptura de las relaciones con Israel y rebajar por ley un 40% los alquileres. Tan sólo el 2,12% de la militancia ha votado en blanco, mientras que un 8% se ha decantado por el ‘no’, tal y como han informado este lunes los coportavoces Pablo Fernández y María Teresa Pérez en rueda de prensa.

La dirección encuentra un sustento sobre el que solidificar su nueva estrategia para marcar perfil propio en una izquierda en la que el PSOE “ha dado un giro a la derecha” y Sumar navega entre un mar de problemas sin solución a corto plazo. Al mismo tiempo, fortalecen su cuota negociadora y su músculo para que la legislatura no se parta por la mitad, dado que sus votos son “decisivos” para sacar adelante las cuentas públicas.

Un Junts a la izquierda

La secretaria general del partido, Ione Belarra, se ha encargado de hacer saber al Gobierno su cambio al sostenerse con Sumar en lugar del motor Podemos. Los morados notaron cierto acomodo del socio mayoritario ante la indulgencia de los magentas y optaron por marcar la línea dura de oposición desde el espectro a la izquierda del Partido Socialista. De ahí que desde la cúpula de la formación se traslade que estas dos exigencias -la ruptura con Israel y la rebaja de los alquileres sujeta a la legalidad- sean “lo mínimo exigible” por el “giro a la derecha” del PSOE.

Lo advirtieron con anterioridad desde el espacio morado. Su intención pasa por condicionar toda política que emane del Ejecutivo y del Parlamento. Quieren hacerse notar y poner su sello al despliegue legislativo, al estilo de Junts per Catalunya. “Vamos en serio”, advierten desde la cúpula del partido, tanto en privado como en público. Además, el escenario actual favorece sobre manera a Podemos, que quiere meter la cuchara en el plato de Sumar, aun más débil tras el estallido del escándalo Errejón.

Así, asumir una posición de dureza frente al Ejecutivo puede servir como acicate para reconectar con un electorado perdido o anestesiado por la dulcificación del relato de Sumar. En este sentido, admiten en privado que la consulta no hace sino fortalecer la postura de Podemos ante la negociación con el Gobierno, recalcando que con el dictamen de su militancia sobre la mesa hay poco margen de cesión por su parte, así que la pelota está en el tejado del Palacio de la Moncloa si es que quieren aún sus votos.

El argumentario que maneja ahora Podemos recuerda que en la investidura de Pedro Sánchez, los entonces cinco votos morados -antes de la dimisión de Lilith Vestrynge- fueron gratuitamente a parar a la urna del PSOE. Desde entonces, precisan que no ha habido despliegue de ningún avance social, por lo que harán valer la fuerza de sus cuatro parlamentarios en el Grupo Mixto para teñir de morado todas las iniciativas legislativas posibles.

El sentimiento es firme y no hay marcha atrás. O medidas progresistas o adiós legislatura. Admiten que tienen su inspiración en Junts, que consiguió la aprobación de la Ley de Amnistía pese al rechazo del PSOE a base de insistencia y musculatura parlamentaria. Todo esto, además, en un contexto de debilidad de ambos socios de la coalición, dado que el mayoritario sufre una fuerte presión a costa de las movilizaciones por la vivienda y el impacto de la trama corrupta bautizada como caso Koldo.

Moncloa rebaja el optimismo

A pesar de que en Podemos hablan con firmeza de esta estrategia, en Moncloa se dedican a echar agua al guiso de los morados. Vinculan esta postura a una necesidad de “protagonismo político”, aunque confían en que finalmente impere el sentido común a la hora de negociar. De este modo, entienden inviables sus demandas. Especialmente la que va orientada a rebajar un 40% el precio de los alquileres por ley.

Es más, creen que los morados piensan, con este tipo de exigencias, que no habrá Presupuestos y que se han equivocado en su estrategia, dado que la reducción que pretenden no se puede hacer desde el ámbito de competencias estatales. Además, no contemplan un escenario en el que los morados sean la única formación que se desmarque si el resto de aliados parlamentarios respaldan las cuentas públicas.

boton whatsapp 600