El Partido Popular está ofreciendo dos caras en esta crisis provocada por el coronavirus. Por un lado, la “lealtad” con la que los barones conservadores están actuando y, por otra, la que ofrece Génova, con Pablo Casado a la cabeza. Mientras unos respaldan al Gobierno aplicando las medidas que se les requiere, desde la nave nodriza popular se escuchan reproches hacia la gestión que el Ejecutivo está llevando a cabo.

Desde el viernes, Pedro Sánchez y Pablo Casado han comparecido en dos ocasiones. El segundo, salía a sala de prensa tras escuchar las palabras del Ejecutivo. En sus dos apariciones ante los medios de comunicación, el líder del Partido Popular ha criticado con dureza la “decepcionante” gestión del presidente del Gobierno.

El viernes, instantes después de que compareciera el presidente del Gobierno para anunciar el decreto del estado de alarma, el jefe de la oposición, hacía lo propio desde Génova para aplaudir la decisión adoptada por el Ejecutivo. Sin embargo, el popular no dudó en criticar los plazos y sacando pecho por las constantes advertencias que desde las filas conservadoras se hicieron.

Advertimos de que era necesario un mando unido ante una crisis como la que estamos viviendo”, alegaba Pablo Casado, que solicitaba “órdenes claras” por parte del Gobierno dado que esta crisis “lo exigía”. “Sin firmeza no podemos ganar esta batalla”, declaraba el dirigente del Partido Popular.

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Asimismo, el sábado, después de la extensa reunión del Consejo de Ministros y la consiguiente declaración institucional de Pedro Sánchez, Pablo Casado culpaba al Gobierno de las “pérdidas económicas” debidas a la tardanza, según él, en la toma de medidas. Sin embargo, aseguraba que “va a encontrar más lealtad en el PP que en cualquiera de sus socios”.

“Lealtad y unidad”

El duro tono de Casado en sus declaraciones contrasta con la postura que han adoptado alguno presidentes autonómicos populares, así como José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, al que muchos aplauden por su gestión de la crisis del coronavirus.

Alberto Núñez Feijóo y Juan Manuel Moreno Bonilla, presidentes de Galicia y Andalucía respectivamente, asistieron también a la conferencia de presidentes autonómicos convocada por Pedro Sánchez en un ambiente de “solidaridad” en torno al Ejecutivo español, salvo Quim Torra, que se desmarcó de lo dictado en el encuentro.

Todos los presidentes autonómicos criticaron la postura del máximo mandatario catalán, quien advierte de un ataque a la autonomía catalana con la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno.

Además de en este asunto, en sus comparecencias posteriores, Feijóo y Moreno destacaron la necesidad de la “unidad” y la “lealtad” con el Gobierno central en estos momentos tan complejos para el país, con el fin de combatir el incesante avance del coronavirus. Si bien el presidente gallego presentó algunas propuestas para su comunidad, alabó la gestión del Ejecutivo y se puso a su disposición, al contrario que Pablo Casado.

En el mismo tono se pronunció Juanma Moreno durante la jornada del sábado. El presidente de la Junta de Andalucía aseguró en Twitter que “No podemos esperar a que las diferencias entre miembros del Gobierno de España cesen” porque la situación “requiere urgencia y determinación”. Anunciaba la activación del “Plan de Emergencias y la alerta nivel 2”.

De hecho, antes de la declaración institucional de Sánchez, Moreno compareció ante los medios de comunicación y reclamó la “coordinación y un liderazgo urgente y un mando único”, al igual que Casado. Sin embargo, a diferencia con su jefe, decidió dejar a un lado las diferencias y los reproches para aunar fuerzas con el Ejecutivo en la lucha contra el coronavirus.