Los cimientos del Partido Popular están temblando. La confesión del ex tesorero de la formación, Luis Bárcenas, sitúa a Pablo Casado en una compleja posición. En el horizonte conservador cada vez se avista con mayor nitidez la refundación del partido, lo que podría acarrear un nuevo pulso entre Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso, aunque esta vez a escala nacional.

En Génova, según informa este viernes La Razón, la baronía popular desconfía del plan trazado por su líder para hacer frente a la ciclogénesis explosiva desatada por Bárcenas. No es sino la confirmación de lo que ya se barruntaba en el seno del PP cuando Pablo Casado arrampló con todo aquello que destilara hedores de corrupción. Una ruptura con las etapas oscuras que se le puede volver en contra dos años después.

La estrategia de distanciamiento radical con la anterior etapa albergaba la purga de quienes conocían los subterfugios de ésta, despojando al propio Casado de un arma poderosa contra Bárcenas. En el seno del PP explican que el líder conservador se mueve a ciegas para contrarrestar a Bárcenas.

La debilidad de Casado

El líder actúa a ciegas, sin pleno conocimiento del escenario y situando a piezas como Javier Maroto o Rafael Hernando en el disparadero. De hecho, los barones entienden que sendos ataques a Bárcenas “sólo sirven para fortalecer” al ex tesorero.

Quienes conocen el modus operandi de Bárcenas están plenamente seguros de que custodia todo tipo de documentos – e incluso grabaciones – comprometedores para la cúpula del partido. “Puede que los tenga hasta en Suiza. Donde no sólo está su cuenta, son las seis que hay”, admiten entre bambalinas.

El temor a lo que pueda decir Bárcenas en el juicio se dispara en el seno de Génova e incrementa las especulaciones sobre el futuro del partido como organización. La refundación del PP está en el horizonte y conllevaría un escenario de confrontación entre dos de los líderes territoriales estrella de la formación: Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso.

Posible pulso entre miuras

En Génova recuerdan que Feijóo siempre ha mantenido que se plantearía un salto al PP nacional siempre y cuando sus siglas estuvieran en verdadero peligro. Este caso podría darse si Luis Bárcenas, como parece, persiste en sus confesiones que se clavan como puñales en la formación hasta debilitarla por completo.

Si se tomaran las palabras de Feijóo al pie de la letra, el presidente de la Xunta podría postularse como próximo líder del Partido Popular – si no varía sus siglas - a nivel nacional y consumar el salto que muchos daban por hecho en 2018. Este escenario, por supuesto, vendría precedido por un adiós del actual líder, debilitado indirectamente por Bárcenas.

El presidente gallego, de llegar a esta situación, no estaría sólo y tendría una adversaria de enjundia para muchos sectores del Partido Popular: Isabel Díaz Ayuso. Sería el culmen de la carrera de la presidenta madrileña y cumpliría el sueño de su principal asesor, Miguel Ángel Rodríguez, que tocaría de nuevo el cielo tras haberlo hecho con José María Aznar.

De hecho, en Génova ya sienten que Ayuso sigue los pasos de Esperanza Aguirre y temen que constituya una oposición al actual presidente para, continuando con los planes de MAR, arrebatarle el despacho de la séptima planta en un futuro próximo.

Dos modelos opuestos

Ayuso y Feijóo representan a dos corrientes bien diferenciadas del Partido Popular. El gallego es el eje de un PP centrado, más moderado que el que todavía intenta diseñar Pablo Casado. Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid es la viva imagen del aguirrismo más profundo, rehuyendo de toda “corrección política”. Es el verso libre de las baronías del PP.

Sus diferencias no sólo estriban en el grado de moderación, sino en la gestión. Si bien ambos dirigentes han recibido críticas durante estos once meses de pandemia, la jefa del Ejecutivo madrileño se lleva la palma. Peleas constantes con sus socios de Gobierno, declaraciones fuera de tono, acusaciones, confrontación con el Gobierno y laxitud de restricciones.

De hecho, el último reproche que lanzó Feijóo a su homóloga en Madrid fue a colación de la gestión de la hostelería. En plena campaña de las elecciones catalanas, Ayuso reflexionaba sobre el cierre de bares y restaurantes por parte de la Generalitat, algo que no sentó bien al presidente de la Xunta, que se abalanzó al cuello de su ‘compañera’ y la calificó como irresponsables.