Mientras la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, defendía en un desayuno informativo, su plan para beneficiar a los ricos, la primera ministra del Reino Unido, Liz Truss ha reculado en su plan para recortar impuestos a los ricos. En paralelo, la líder del Ejecutivo autonómico ha explicado que no se está librando una guerra entre autonomías, sino contra el carácter excluyente del “impuesto masivo del Gobierno de Pedro Sánchez”.

Ayuso afeaba a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, -extensible al resto del gabinete de Sánchez- su “desprecio” y “altanería” hacia según qué presidentes autonómicos, censurando que no conduce a ningún lado. “Cada vez que me han retado a ir a los tribunales, he ganado”, se ha vanagloriado la presidenta madrileña, quien ha subrayado que el “nerviosismo” de la coalición les obliga a “disparar” a todos “sin pensar en las consecuencias”. De hecho, ha reiterado que el “insulto” del Ejecutivo es el preludio de la adopción de una medida idéntica a la promulgada por Madrid. “No me equivoqué”, ha apostillado.

En este sentido, ha cargado las tintas contra el impuesto de solidaridad, anunciado el pasado jueves por Montero y que nace como contrapeso a la supresión del gravamen sobre el Patrimonio en Andalucía y Madrid. “Otro nuevo eufemismo para edulcorar la chapuza del día”, ha indicado con desprecio la lideresa del Ejecutivo autonómico, quien rechaza la teoría de que las rentas altas en España no paguen más que las medias. De hecho, cuestiona que la medida de Hacienda afecte directamente a las grandes fortunas y ahonda en que las clases medidas no verán los efectos hasta pasados “un par de años”.

Ayuso recrimina al Gobierno central que el impuesto de solidaridad supondrá un doble pago, resaltando el rechazo de Moncloa a suprimir el Impuesto de Patrimonio por su carácter “injusto, anacrónico y arcaico”. “Habrá gente que lo pagará dos veces mientras atacan sin control a las regiones que lo denunciamos”, sentencia la baronesa conservadora, quien desliza que de su región “pueden huir más de 13.000 contribuyentes cuya recaudación por IVA e Impuesto de la Renta asciende a 5.000 millones”.

Así las cosas, se ha defendido de las acusaciones provenientes de Moncloa de que busca la confrontación constante con la Administración central, erigiéndose como protectora de los madrileños. La presidenta madrileña ha recordado las batallas jurídicas que ha librado con el Gobierno de Sánchez, advirtiendo que “a lo mejor” seguirá el mismo camino con este gravamen “inventado” que, a su juicio, señala a “unos ciudadanos como culpables”. De esta manera, según Ayuso, la coalición engorda sus bolsillos “porque no deja de asfixiar al contribuyente”.

Reino Unido recula

En contraposición a las tesis de Ayuso se ha situado, tras una corrección total en su rumbo, el gabinete de la primera ministra de Reino Unido. Liz Truss, firme defensora de recortar impuestos a las grandes fortunas británicas, ha reculado ante el creciente clima de tensión entre sus propios diputados del Partido Conservador. En paralelo a la intervención de la presidenta madrileña en el Forum Europa Tribuna Cataluña, el ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng, comunicó la decisión a través de Twitter, deslizando que, ahora sí, “lo entendemos”.

La decisión de eliminar el tipo del 45% del impuesto sobre la renta se convirtió en una “distracción”. El “enfoque” del Gobierno británico pasa ahora por la construcción de una “economía de alto crecimiento” que redoble los esfuerzos en la financiación de los “servicios públicos de clase mundial, impulse los salarios y cree oportunidad en todo el país”.

Antes del giro, la economía británica sufrió fuertes sacudidas a sus cimientos, días de agitación que desembocaron en una devaluación de la libra y caídas en los mercados. De hecho, la reacción de éstos no se ha hecho esperar. Tras el anuncio de Kwarteng, la divisa británica ha experimentado un fuerte crecimiento, alcanzando cotas máximas de una semana. Las propuestas de los tories sumieron a Reino Unido en el caos a escala financiera la pasada semana, con la libra desplomándose hasta mínimos históricos y obligando al Banco de Inglaterra a intervenir tras dispararse la deuda.

En la prensa británica se justifica este giro en base a cuestiones orgánicas del partido conservador, cuyos diputados amenazaron con votar contra el plan de Truss en la Cámara. Kwarteng ha oficializado la marcha atrás horas antes de su intervención en el congreso anual de los tories en Birmingham.

Las loas de Ayuso

El giro del Gobierno de Truss ha destapado las vergüenzas de la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, quien este lunes no ha abordado el viraje consumado por Downing Street en materia impositiva. Diez días antes de la marcha atrás del Ejecutivo británico, la lideresa madrileña se jactaba de que el Reino Unido seguía su mismo camino en cuestiones fiscales. 

A través de Twitter, la presidenta regional cargaba con ironía contra el Gobierno central, utilizando los recortes de impuestos planteados por Truss en Reino Unido como arma arrojadiza. "¿Y cómo piensa Sánchez frenar el dumping internacional?", deslizaba desde su perfil oficial, junto a una captura de la portada del diario ABC, haciéndose eco de los planes fiscales de la primera ministra británica. 

Diez días después, Ayuso ha incidido en la batalla fiscal con Moncloa, afeando, además, las palabras de la ministra de Hacienda y desnaturalizando el impuesto de solidaridad. Eso sí, durante su intervención, no se ha registrado ninguna mención al giro de 180 grados practicado por Downing Street.