En las últimas 48 horas Pablo Iglesias se ha tragado dos sapos de tamaño considerable. El acercamiento de Pedro Sánchez a Ciudadanos se consumó el pasado lunes con una reunión en la que los naranjas vetaron a ministros morados. Un encuentro que se interpreta como la antesala de las negociaciones para los Presupuestos Generales del Estado y en la que los ministros de Podemos no estuvieron. Y el martes, el presiente del Gobierno defendió a capa y espada a la Corona tras la marcha del rey Emérito Juan Carlos I. El primero tiene un pase, pero el segundo es difícil de digerir, por lo que Iglesias y los suyos optaron por no esconder su descontento con les gestiones de Carmen Calvo con Zarzuela. Hasta esta semana, en el Gobierno de coalición ha predominado la armonía y el consenso, pero los últimos acontecimientos han abierto una grieta que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) tratará de explotar para recuperar su influencia en el Gobierno.

Sectores del partido soberanista catalán dan por rotas las relaciones con el PSOE tras la colaboración con la formación liderada por Inés Arrimadas y el revés judicial del revocamiento del tercer grado a los presos del procés. Todo ello dispuso un tablero en el que ERC no puede aceptar negociar los Presupuestos con el Ejecutivo. No obstante, queda una última jugada.

El diputado y portavoz de Esquerra en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, siempre ha aseverado que “el PSOE no hace, al PSOE se le obliga”. En este sentido, desde la investidura, esperaban que Pablo Iglesias ejerciera esa presión que, a juicio de Rufián, necesitan los socialistas. El vicepresidente segundo del Gobierno no ha evitado el acercamiento a Ciudadanos y la consecuente ruptura del bloque de la moción de censura, pero una vez han aflorado las discrepancias en el seno del Ejecutivo, Esquerra atisba un halo de esperanza.

Fuentes internas de ERC consultadas por ElPlural.com apuntan que “sus votantes nunca quisieron un Podemos entregado”, pero “no terminan de ser valientes”. Por este motivo, los republicanos catalanes creen que los últimos desplantes pueden empujar a Iglesias a un mayor grado de oposición. Y ahí pueden encontrarse.

Las mismas fuentes señalaron en su momento a este periódico que “no esperamos que nos llamen” para negociar los Presupuestos, pero “Podemos nos necesita para blanquear unas cuentas pactadas con Ciudadanos”; por lo que el escenario ha cambiado.

Eso sí, recuerdan que “no tenemos ni idea de por dónde saldrán con los Presupuestos y en plena campaña electoral” para las autonómicas en Cataluña.