Este miércoles se consumó el divorcio entre PSOE y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Los peores presagios de los independentistas se han cumplido al ver cómo la mesa de diálogo, el mejor producto del que disponían para vender a su electorado y seducir a otros sectores, se anquilosaba. La coyuntura tanto judicial como política ha generado como corolario la ruptura del diálogo y, con ello, la fractura irreversible del bloque de la investidura.

Desde que se anunció su articulación a cambio de facilitar la investidura del Gobierno de coalición, los republicanos catalanes sospechan que el president de la Generalitat, Quim Torraestá empeñado en dinamitarla. Consideran que no hacía más que dotar de excusas a Pedro Sánchez para levantarse de una mesa en la que siempre estuvo incómodo. El acercamiento del Gobierno a Ciudadanos y la revocación del tercer grado a los presos independentistas han cercenado las aspiraciones de ERC, cuyo objetivo era mantenerla viva hasta la convocatoria de elecciones, ganar los comicios y pilotar la negociación.

El diputado y portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, advirtió este miércoles a Sánchez de que “si siguen así, nos vamos todos al carajo”, haciendo referencia a la maniobra de la Fiscalía para evitar que los presos del procés salieran a la calle. “El ojo por ojo” solo conllevará que todos acaben “ciegos”, afirmó.

Fuentes de ERC dan por roto el diálogo y la colaboración parlamentaria: "No hay diálogo ni ganas"

La arista judicial envalentonó a Torra, que de forma inmediata, congeló la mesa de negociación hasta que cesaran las “hostilidades del Estado”.

Fuentes de ERC consultadas por ElPlural.com lamentan que sus temores se cumplieran, pues el diálogo siempre ha sido su apuesta y la mesa de negociación el mayor éxito arrancado hasta la fecha. La mesa debía haberse reunido de forma periódica una vez al mes, pero por motivos sanitarios, se paralizó durante la pandemia del coronavirus. Tras decaer el estado de alarma, Esquerra se apresuró a solicitar un encuentro a la mayor celeridad posible, pero el Gobierno central lo evitaba alegando discrepancias entre socios. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, justificó que aún no se haya agendado una cita alegando que existen “discrepancias entre los miembros del Ejecutivo catalán”. “El Gobierno de Cataluña tiene dos partidos diferentes, uno de ellos está en la tesitura de sentarse pronto, pero hay pronunciamientos del otro partido no afín a esta posición; cuando parezca que haya acuerdo, nosotros nos sentaremos”, apuntaló en Las Mañanas de RNE.

Los republicanos catalanes esperaban que la mesa se reuniera a finales de julio, lo cual no ha ocurrido. El problema es que solo un gesto inequívoco de Sánchez podría desencallar la situación, de ahí la obstinación de Rufián de que Sánchez y Pablo Iglesias se pronunciaran en contra del criterio de la Fiscalía: “No les pedimos que sean más de izquierdas, les pedimos que sean más valientes. Donde no hay justicia, no puede haber paz. Dejen de callar porque los siguientes pueden ser ustedes", dijo desde la tribuna.

Un dirigente de ERC, sobre negociar los Presupuestos con el PSOE: "Los sacará con Ciudadanos y PNV. No esperamos que nos llame"

No obstante, fuentes consultadas creen que no ocurrirá y dan por roto tanto el diálogo como la colaboración parlamentaria. “Ya no hay ultimátum que valga, son hechos consumados”, lamenta un dirigente de los republicanos catalanes; quien además, asegura que “no hay diálogo ni ganas”.

Con respecto a una hipotética negociación para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, apunta que “los sacará con Ciudadanos y PNV” argumentando una suerte de “Pacto Covid”. “No esperamos que nos llame”, sentencia.

Por su parte, el presidente del Gobierno actúa como si nada. “Cuando quiera la Generalitat reunirse, lo haremos; que pongan fecha, pero parece que el problema no somos nosotros, parece que es el socio mayoritario quien se niega a sentarse con el Gobierno de España”, dijo en el Congreso haciendo referencia a Torra.