El Gobierno de Pedro Sánchez pretende tener listos unos Presupuestos Generales del Estado tras las vacaciones, a fin y efecto de poder presentarlos cuanto antes. Para su aprobación, el Ejecutivo central ya tiene decidido contar con Ciudadanos como actor fundamental. Buena prueba de ellos es la reunión que mantendrán este lunes la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias; con una delegación naranja encabezada por su portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal. Desde algunos sectores se está agitando la idea de que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) no rehusará negociar los Presupuestos con el PSOE aún con los naranjas en la ecuación.

Este extremo ha sido rechazado de plano por fuentes internas de la formación soberanista consultadas por ElPlural.com, que aseguran que “es mentira” que valoren acordar unas cuentas con los socialistas si Inés Arrimadas también plasma su firma.

El propio diputado y portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, lamentó en una entrevista en EuropaPress que la pandemia del coronavirus ha generado un corolario que no es sino “una muy mala noticia”: el vínculo entre Ciudadanos y Moncloa.

La mesa de la discordia

Ya en la investidura del Gobierno de coalición, Rufián fue cristalino: “Si no hay mesa, no hay legislatura”. Con estas palabras Esquerra vinculaba la colaboración parlamentaria al desarrollo de los trabajos en la mesa de diálogo arrancada a Sánchez. Y es que, éste órgano de negociación con el Ejecutivo es el mayor activo con el que cuenta ERC de cara unas elecciones autonómicas. Su objetivo, de hecho, era controlar a Quim Torra para que no dinamitara la mesa, reunirse de manera periódica y llegar a la Generalitat para pilotar las negociaciones.

Sin embargo, la pasada semana la mesa cayó en barrena. El President del Govern catalán anunció su congelación hasta el cese de “las hostilidades del Estado”, haciendo referencia a la revocación del tercer grado a los presos independentistas.

Fuentes de ERC apuntaban a este periódico que desde que se anunciara su articulación a cambio de facilitar la investidura de Sánchez, tienen la sospecha de que Torra quería dinamitar la mesa. Sánchez nunca estuvo muy cómodo en ella, asi que la postura de los republicanos catalanes era complicada.

Todo saltó por los aires tras el anuncio de Torra, pero el Gobierno tampoco ha hecho por mantener el diálogo vivo, o al menos así lo creen en ERC. Tras decaer el estado de alarma, Esquerra se apresuró a solicitar un encuentro a la mayor celeridad posible, pero el Ejecutivo central lo evitaba alegando discrepancias entre socios. Calvo justificó que aún no se haya agendado una cita alegando que existen “discrepancias entre los miembros del Ejecutivo catalán”. “El Gobierno de Cataluña tiene dos partidos diferentes, uno de ellos está en la tesitura de sentarse pronto, pero hay pronunciamientos del otro partido no afín a esta posición; cuando parezca que haya acuerdo, nosotros nos sentaremos”, apuntaló en Las Mañanas de RNE.

Los republicanos catalanes esperaban que la mesa se reuniera a finales de julio, lo cual no ha ocurrido. El problema es que solo un gesto inequívoco de Sánchez podría desencallar la situación.

No obstante, las fuentes consultadas creen que no ocurrirá y dan por roto tanto el diálogo como la colaboración parlamentaria. “Ya no hay ultimátum que valga, son hechos consumados”, lamenta un dirigente de los republicanos catalanes; quien además, asegura que “no hay diálogo ni ganas”.

Con respecto a una hipotética negociación para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, apunta que “los sacará con Ciudadanos y PNV” argumentando una suerte de “Pacto Covid”. “No esperamos que nos llame”, sentencia.