La mesa de negociación que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) impuso como condición sine qua non para investir a Pedro Sánchez echará a andar en los próximos días, tal y como el presidente del Gobierno acordó con Quim Torra. Desde que el president de la Generalitat anunciara la fractura del Govern y el adelanto electoral con fecha aún por determinar todo cuanto ocurra en la esfera política catalana tendrá su efecto en Madrid, y viceversa. El hilo conductor de estos ecos es la mesa de negociación y ERC tratará de que no se rompa al menos hasta las los comicios.

Tras el encuentro, tanto Sánchez como Torra manifestaron su disposición al diálogo, pero también quedó en evidencia la distancia que les separa. Mientras el líder del Ejecutivo estatal acudió a la cita con un documento con 44 puntos sobre financiación autonómica, mejora de la cooperación, política social, servicios públicos, infraestructuras y apoyo ante catástrofes naturales; el president de la Generalitat exigía hablar de autodeterminación y amnistía.

ERC tratará de sentar al PSOE de nuevo en la mesa si Torra se levanta

Fijaron la primera reunión de la mesa para febrero, es decir, en los próximos días. En estos momentos se están negociando los equipos que la integrarán, aunque la primera toma de contacto se prevé que la comanden Sánchez y Torra. En este sentido, el objetivo estratégico de Esquerra es participar a fin y efecto de evitar que el president la dinamite.

Objetivo: Generalitat y negociación

Los máximos de JxCat y ERC coinciden: nuevo referéndum de autodeterminación y amnistía para los presos y los exiliados. Sin embargo, disienten en la hoja de ruta para tales propósitos. Los de Carles Puigdemont optan por la ruptura total y la confrontación con el Estado, mientras los republicanos catalanes apuestan por la vía del diálogo y son mucho más pragmáticos.

Según las fuentes internas de ERC consultadas por ElPlural.com, su anhelo es comandar esa mesa de negociación y por tanto, tratarán de evitar que sea dinamitada al menos hasta la celebración de elecciones; puesto que “lo importante es ganar la Generalitat” para liderar la negociación.

El Govern de la Generalitat aún se encuentra en plenas funciones y Esquerra forma parte de él. En consecuencia, la formación espera tener su parte alícuota del equipo negociador para hacer las veces de árbitro entre Gobierno y Govern. Un ejemplo perfecto es la figura del mediador, que para JxCat es un requisito que se antoja indispensable, pero ERC procurará que no sea una linea roja.

Esquerra pretende tratar la crisis territorial y no así la financiación autonómica o cualquiera de los otros 43 puntos de Sánchez. La portavoz, Marta Vilalta, expuso que esos temas se deben abordar en “los Presupuestos” u otras leyes y en las comisiones.

Los republicanos catalanes son perfectamente conscientes de que será un camino harto complicado y por ello quieren alcanzar primero acuerdos pequeños para, a la postre, tratar su buque insignia: referéndum de independencia y amnistía. Pero hasta entonces, piano piano.

Temen que Torra, a quien las fuentes consultadas califican de “impredecible”, se levante de la mesa. En caso de hacerlo, dirigentes de la formación admiten a este periódico que tratarán de volver a sentar al PSOE “y ser nosotros los que negociemos” ya desde la Generalitat.

Obviamente, toda esta hoja de ruta parte de una hipotética victoria en las elecciones catalanas.