Albert Rivera ha dimitido de sus funciones como presidente y diputado de Ciudadanos, apartándose de la vida política como consecuencia del batacazo histórico que ha experimentado la formación en esta cita electoral, donde ha pasado de ostentar 57 asientos en la Cámara Baja a solo 10.

Toda la planta noble del partido ha despedido con honores a su exlíder, premiando la decisión y agradeciendo el trabajo realizado por la marca. Con serenidad, los naranjas necesitan fijar posiciones, reunirse y definir el nuevo rumbo del “movimiento ciudadano” que se ha alejado en los últimos meses de la idiosincrasia antiguamente defendida por Rivera y su pléyade particular.

Ahora llega el turno de todos aquellos que avisaron tiempo atrás de la caída. Haciendo oídos sordos, el oficialismo decidió seguir apostando por el viraje a la derecha pactando con el PP y sustentando sus puestos orgánicos con el apoyo envenenado de la extrema derecha.

Con Inés Arrimadas como sucesora natural e Ignacio Aguado avisando de una hipotética candidatura que le plante cara a su homóloga, nuevos rostros se suman a la batalla y advierten de su presencia “capaz de remodelar la Ejecutiva y construir un espacio transversal que escuche a su militancia”.

Es el caso de Juan Carlos Bermejo. Militante naranja, el madrileño se presentó contra Ignacio Aguado para liderar el proyecto en la Comunidad de Madrid. Conocido el resultado, meses después denunció en ElPlural.com el presunto pucherazo cometido por su formación en el recuento de votos.

“Nadie le dijo al Rey que estaba desnudo, y a los que se lo dijimos no se nos hizo caso”, alega Bermejo en referencia a los avisos constantes del sector crítico al oficialismo marcado por Albert Rivera. “Han sido tres los factores de la debacle: la gente que nos votó vio que no se cambió nada cuando teníamos la oportunidad de vigilar al bipartidismo, fracasamos en materia de regeneración democrática perpetuando a los mismos con acuerdos muy lamentables y, por último, a nivel interno se han destruido las asociaciones con el proceso de primarias que fue un fraude manifiesto”, prosigue.

“Tenemos unos plazos fijados por los estatutos. Cuando se modifiquen las normas realizadas a imagen y semejanza del aparato de Rivera, se deberá nombrar un nuevo Comité Ejecutivo”, insiste el dirigente, que no descarta encabezar una candidatura que luche por el movimiento silenciado a lo largo de todos estos meses: “Puedo presumir de que tengo mucho apoyo de las bases. La indignación entre los afiliados es notoria, y los que están en el Comité Ejecutivo están señalados. La gente no solo pide la cabeza de Rivera, que ha tenido la ejemplaridad de irse, sino que los que están a su lado son tan responsables como él”.