Lo que son las cosas. Tras cuatro años de rodillo apoyado en la mayoría absoluta lograda en 2011 por Mariano Rajoy, gestionar ahora sin ese respaldo del Congreso ha transformado al PP en 'el partido más dialogante del mundo', tal y como, volvió a resaltar este viernes en el balance del año el presidente del Gobierno. Lejos quedan (no tanto pero desde Génova se intenta que parezca propio de la prehistoria política) las leyes sin consenso, las negociaciones a una banda, los 'porque yo lo digo con mi mayoría...'.

En ocasiones, sin embargo, despojarse de esos aires de grandeza política es complicado; al fin y al cabo, acostumbrarse a lo bueno del 'rodillo' es fácil, pero hacer lo contrario cuesta un poco más.

Tal vez sea en este punto donde se encuentra la última ocurrencia del PP y que pasa por impulsar una reforma electoral que asegure que en las ciudades gobierne la lista más votada, pues, dicen desde la formación, es un factor "esencial para la proximidad y estabilidad de los ayuntamientos".

Evitar casos como Madrid o Valencia

Se trata de una de las propuestas que el partido que lidera Rajoy ha incluido en su ponencia económica y de administración territorial, en la que repasa ámbitos muy variados y en la que recupera una de sus apuestas: permitir que gobierne la lista con más votos.

Cada vez que los populares recurren a ejemplos para justificar esta posibilidad se acuerdan, entre otros lugares, de Valencia, olvidando, sin embargo, cómo accedió por vez primera Rita Barberá a la alcaldía de esta capital. 

El PP ha dado muestras en más de una ocasión de su gusto selectivo por el juego democrático, desoyendo al resto de partidos con representación en las Cortes o, directamente, ninguneando a aquellos ejecutivos autonómicos de distinto color. Ahora, bajo la coordinación del vicesecretario de Política Autonómica, Javier Arenas, incorpora varias propuestas de pactos de Estado o acuerdos nacionales que van desde un Pacto de Estado por la Demografía, a un Pacto Nacional del Agua, sin obviar un gran Acuerdo por la Ciencia, es decir, abordar los asuntos que se quedaron en el cajón, vía recortes u olvidos, durante los años de mayoría absoluta.

Financiación autonómica

Pero la cosas va más allá. La formación también aborda la reforma del modelo de financiación autonómica que, según señalan, pretende cimentar sobre los pilares de la igualdad o de la suficiencia financiera, y sobre la revitalización del sistema de Dependencia, justo ahora que se ha cumplido una década de la puesta en marcha de la ley aprobada durante el Gobierno de Zapatero, y que el propio Rajoy ha esquilmado con sus recortes. Lo que es evidente es que en las próximas semanas habrá un 'bombardeo' de todo lo que los populares tratarán de 'vender' de cara al cónclave que tendrá lugar en febrero, para cuya propaganda contarán con los medios afines.

Consciente, en el caso de la reforma electoral, de que para dar el visto bueno a que gobierne la lista más votada se requiere un "gran acuerdo", el PP utiliza la técnica del globo sonda.

No es extraña esta estrategia, puesto que durante los cuatro años de la legislatura del rodillo, la utilizó de manera constante, y no siempre con un resultado óptimo para sus intereses. Ahora, con el cambio que proponen en materia de normativa electoral, vuelven sobre una materia que les garantice algo que dominan y que tanto gusta a los dirigentes populares: que les dejen gobernar sí o sí y sin mucho diálogo.