En una campaña interna en el Partido Popular marcada por las pizzas a domicilio de unos y los asadores con exministros de otros, la victoria de Pablo Casado no podía celebrarse en un lugar mejor que en un restaurante. En concreto, en Las Moreras, un restaurante rústico de comida a la brasa a pocos metros del Hotel Auditorium donde se celebró el XIX Congreso del PP. Allí Casado se reunió con su equipo de voluntarios con algunas presencias controvertidas, como la del alcalde de Brunete, Borja Gutiérrez, procesado por cohecho, o Ángel Carromero.

Es la comida de “los niñatos” de Casado, como ellos señalan con ironía ante el apelativo que les pusieron desde la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría. Acababan de vencer a la exvicepresidenta del Gobierno y a sus apoyos: “Y a Arenas, que no había perdido un congreso. Mira la que hemos liado los niñatos de Nuevas, que es así como nos han llamado los del equipo de Soraya durante la campaña”. Son palabras en El Mundo de uno de los apoyos de Casado.

Allí se dejaron ver muchas caras conocidas que han acompañado a Pablo Casado en esta campaña. Estaba, por supuesto, Javier Maroto, hombre clave en la candidatura, que luego se iría a cenar pizzas para hacerle un guiño a Sáenz de Santamaría. Y Teodoro García Egea, la mano derecha de Casado, o Antonio González Terol, fundamental en la movilización del PP de Madrid, donde el candidato arrasó en la primera vuelta. El trío formó parte del apartado tras un biombo donde Casado empezó a definir su nuevo Comité Ejecutivo.

Pero en el gran salón donde los apoyos de Casado se desplegaron había otras caras menos conocidas pero más polémicas. Allí también estaba Borja Gutiérrez, alcalde de Brunete (Madrid) procesado por corrupción. En el mes de marzo se abrió el juicio oral contra él, acusado de cohecho por intentar comprar a una concejal de UPyD, Isabel Cortina, para que se pasase a las filas del PP y le ayudase a aprobar los Presupuestos.

Según la jueza del juzgado de Instrucción Número 5 de Móstoles, hay “indicios suficientes” de que el alcalde y la jefa de la Policía Local presionaron a la edil de UPyD tras las elecciones de 2011 para que no fuera a los plenos o se pasara al PP, al que le faltaba un concejal para la mayoría absoluta. A cambio, le ofrecieron favores “personales, políticos y profesionales”.

En las mesas de Las Moreras también estaba Ángel Carromero, otro de los apoyos fundamentales de Casado en Madrid. Juntos estuvieron en esas Nuevas Generaciones del PP que ahora han tomado el control de la formación. Carromero saltó a la fama fuera del PP cuando le condenaron por homicidio imprudente tras el accidente de coche en Cuba en el que falleció el opositor Oswaldo Payá y su papel ha sido clave en las primarias. Hasta llegó a cogerse vacaciones en el Ayuntamiento de Madrid, donde es asesor, para entregarse a las labores de fontanería.