Y ayer lo demostró. Aún estaba calentito el auto del juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Antonio Pedreira, archivando temporalmente la causa contra el extesorero popular Luis Bárcenas, cuando el señor Trillo, que dispara rápido, ya estaba, ventilador en marcha, echando por su boca acusaciones, exigiendo disculpas, sembrando dudas generalizadas. Esto, claro, si las disculpas o las explicaciones no las tiene que presentar él –que le pregunten, si no, a los familiares de los militares muertos en el accidente del avión Yak-42-.

Lo que dice el juez Pedreira es ‘palabra de ley’ para Trillo ¿Todo lo que dice?
En fin, que en cuanto vio un micro cerca, se lanzó: “Ha sido un montaje de la policía dirigida por Rubalcaba, y de la Fiscalía, dirigida sectariamente, como tantas veces hemos denunciado, y ahora se demuestra una vez más, de manera manifiesta, por Cándido Conde Pumpido y sus fiscales contra la corrupción”, Trillo dixit en los pasillos del Congreso. Es decir, el auto de Pedreira es ‘palabra de ley’ para don Federico.

Pues bien, lo que viene a decir el juez en su auto es que la trama Gurtel y su relación con la dirección del PP está demostrada. Y es que a la hora de exculpar a Bárcenas, el magistrado deja caer comentarios muy aclaradores sobre el matrimonio entre la trama dirigida por Francisco Correa y la dirección del PP nacional.

Según el juez, Bárcenas lo que hace es alertar sobre la trama de corrupción
Dice Pedreira, en favor del extesorero del PP, que “las relaciones entre Correa y Bárcenas son malas” porque “Bárcenas advirtió de la conducta irregular de Francisco Correa y de la conveniencia de apartar a Correa y sus empresas de las relaciones con la dirección del Partido Popular”. ¡Vaya, entonces el juez cuyo auto alaba Trillo confirma que existía esa relación de corruptela!

Y, por el contrario, lo que en ningún momento dice el juez es que Bárcenas pidiera a Mariano Rajoy, ni que el líder popular tomara la decisión de hacer lo que parecería en principio más higiénico: denunciar a la justicia esa trama que tanto les preocupó ¿Por qué? ¿Hay alguna responsabilidad política en no haber actuado así?

Se enrolla la cuerda en otras partes
Lo que viene a decir en este auto Pedreira, como se sugería también en otras investigaciones anteriores, es que la actuación del liderazgo nacional del PP se limitó a alejar a Correa de Madrid, pero no a impedir que atara sus cabos en otros sitios.

Al contrario, lo que sabemos ahora por las causas abiertas es que la llamada trama Gurtel se extendió, presuntamente, a cuatro Comunidades Autónomas (Madrid, Valencia, Castilla y León y Galicia) y a media docena de ayuntamientos, con la consecuencia de que se encuentren, de momento, imputados por la trama doce políticos populares, que van desde un presidente autonómico hasta varios alcaldes, pasando por diputados nacionales, autonómicos y europarlamentarios.

No los implicados, sino los que invetigan Gurtel, son los que pagan
De esto, Federico Trillo, a quien en Defensa los generales pusieron de mote “minisTrillo”, tanto por la escasa calidad de su labor como por el trato personal distante y soberbio que les daba, no ha dicho nada. Aunque ¿por qué iba a cambiar de método, si con éste el PP ha conseguido ya ‘victorias’?

Como tantas veces antes, en el caso Gurtel Trillo lo que ha hecho ha sido centrar sus esfuerzos en dos actividades: echar la culpa de la trama a quienes realizaron la investigación y dirigir la asesoría legal del PP para prolongar los trámites legales hasta el último recurso para, en algún caso, incluso lograr que los casos prescribieran. Y esto, ya decimos, con no poco éxito.

Bermejo, Garzón… los investigadores investigados
Porque empieza a olvidarse, quizás, que cuando estalló la trama Gurtel, los primeros que pagaron por ella no fueron los políticos investigados, sino que antes se cazó al ministro de Justicia del momento, Mariano Fernández Bermejo, y al juez que comenzó a instruir la causa, Baltasar Garzón.

En cuanto a los enredos legales… El propio caso por el accidente del Yakolev que afectaba directamente a Trillo, se prolongó casi indefinidamente en el tiempo. Y quién no recuerda el caso del presidente de la diputación de Castellón, Carlos Fabra. Un hombre tan afortunado que no sólo ha ganado varios millones de euros en las cuatro veces que al menos le ha tocado la lotería –¡ya es tener suerte!-, sino que también vio cómo prescribían, gracias a la prolongación de las actuaciones legales, los casos en los que se le acusaba de corrupción y en los que Trillo habló ¿saben de qué?, de persecución contra Fabra por parte de la policía de Rubalcaba y de los fiscales anticorrupción.

Francisco Medina es director adjunto de ELPLURAL.COM