A estas alturas, en un mes el Partido Popular tendrá un nuevo presidente. Los días 20 y 21 de julio se celebrará un Congreso para elegir al sucesor de Mariano Rajoy.

El pasado miércoles se cerró el plazo para presentar el centenar de avales necesarios para concurrir oficialmente como candidato. Finalmente, sobre la mesa hay seis nombres: la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la exsecretaria general del PP y exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal; el exvicesecretario de Comunicación Pablo Casado; el exministro de Exteriores José Manuel García-Margallo; el diputado José Ramón García Hernández y el concejal de La Font de la Figuera (Valencia), Elio Cabanes Sanchís. Destaca la ausencia de dos personas: la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Nuñez Feijoó.

A priori, la pelea va a ser cosa de dos mujeres: Sáenz de Santamaría y Cospedal. Ellas son quienes tienen el apoyo de gran parte de los exministros de Rajoy. Pese a ello, en los últimos días ha crecido como la espuma la candidatura de Pablo Casado.

Pese al lastre de su sospechoso máster todavía muy presente, Casado cuenta para su candidatura con el apoyo de jóvenes diputados del PP, como la valenciana Belén Hoyo, una de las figuras llamadas a marcar la actividad popular en la Comunidad Valenciana, y también de excospedalianos como José Ignacio Echániz, que fue consejero de Sanidad y Asuntos Social de la Junta de Castilla-La Mancha bajo el mandato de la exministra de Defensa.

Un acusado de Púnica como responsable de comunicación 

Sin embargo, el tema del máster no es el único talón de Aquiles del exvicesecretario de Comunicación. Según ha podido saber ElPlural.com, su responsable de comunicación, Pablo Balbín Seco, está acusado de fraude, malversación y tráfico de influencias bajo el marco del caso Púnica.

En concreto, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil acusa a Balbín, que en aquella época era el director de Comunicación del Ministerio de Educación, de ser el responsable de contratar los servicios de reputación online que prestaba la empresa de Alejandro de Pedro, EICO, para “posicionar de manera favorable a la consejera Lucía Figar en la red y contrarrestar las noticias negativas que en torno a ella aparecían en la red”.




El 4 de junio de 2015, Figar presentó su dimisión como consejera de Educación, Juventud y Deporte, después de que el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco la imputara los delitos de malversación y prevaricación. Por entonces, se desconocía la imputación de Balbín en la Operación Púnica. Algo que sucedió más de un año después. En concreto, el 21 de septiembre de 2016.

Ahora, casi dos años después de este suceso, Casado se postula a la Presidencia del PP con un hombre que fue imputado en la trama Púnica como responsable de comunicación. Un factor que se le puede poner en contra al candidato popular.

Balbín niega las acusaciones

ElPlural.com se ha puesto en contacto con Balbín y éste lo niega todo: “Eso es absolutamente falso. Jamás he sido llamado a declarar por ningún juzgado en ningún asunto, y menos en nada relacionado con Púnica, ni en calidad de testigo ni en calidad de imputado”.

Además, nos dice que está ayudando a Casado “por una cuestión personal, sin cobrar nada” y por ello “no puede aceptar que se me atribuyan falsas imputaciones para intentar perjudicarle a él”.

Figar y Casado, una sociedad que viene de lejos

Por otra parte, se da la extraña coincidencia de que no es la primera vez que el nombre de Lucía Figar aparecido ligado al de Pablo Casado. En 2007, Figar presidía el Patronato del Centro Carden Cisneros –adscrito a la Universidad Complutense de Madrid- donde presuntamente el exvicesecretario de Comunicación del PP se sacó su carrera de Derecho en tan solo cuatro meses y justo después de ser elegido diputado en la Asamblea de Madrid, gracias a las “presiones” por parte de altos cargos populares.

La exconsejera de Educación Lucía Figar, a la salida de la Audiencia Nacional. Fuente: EFE

Entre las funciones de Figar al frente del Patronato, destaca que ella era la responsable de decidir el nombramiento del director del colegio, la aprobación de las propuestas de contratación del profesorado o las actividades que desarrollaban en el centro académico.