El Gobierno ha decidido cerrar durante una semana el paso de mercancías y porteadores de la frontera de El Tarajal por motivos migratorios. tras los fallos de seguridad evidenciados el pasado lunes, cuando 187 sin papeles lograron cruzar el puesto de control policial y entraron a la ciudad.
La Delegación del Gobierno en Ceuta ha admitido en un comunicado que "es la primera vez" que se toma esta medida "por este motivo", 48 horas después de que 187 personas burlaran a los policías desplegados en la valla y atravesaran El Tarajal, a pesar de que los agentes intentaran evitar su entrada con porrazos y patadas.
La medida implica que desde este miércoles y hasta el próximo 16 de agosto se prohíbe el tráfico de vehículos con mercancías por este paso y el de los porteadores por el de Tarajal II, que provoca retenciones y colapsos en la N-352 de la ciudad autónoma de Ceuta. El tránsito de particulares, a pie y en sus vehículos privados, permanecerá abierto.
Fuentes de Interior han informado de que en los montes cercanos a Ceuta esperan actualmente más de 1.500 subsaharianos para tratar de entrar a España, aunque asociaciones policiales y el Gobierno de Marruecos han elevado la cifra hasta unos 3.000. Una presión migratoria similar a otras, como cuando sucedió la tragedia de El Tarajal, en la que 15 personas murieron al intentar acceder a nado por el espigón. Los intentos ahora, según ha confirmado la Delegación del Gobierno son más seguidos.
A patadas y porrazos
El lunes pasado, 187 personas, según la estimación de la Delegación del Gobierno, cruzaron el puesto fronterizo del Tarajal sobre las cinco de la mañana, a pesar de que los agentes intentaron evitarlo golpeando a los inmigrantes con porrazos y patadas. Cuatro inmigrantes tuvieron que ser trasladados al Hospital Universitario de Ceuta, uno por una contusión fuerte y el resto por cortes. Uno de los policías también fue atendido por una fractura de tibia y peroné.
El delegado del Gobierno en Ceuta, Nicolás Fernández Cucurull, achacó las heridas del policía a la “actitud violenta” de los inmigrantes, sin embargo, las imágenes captadas por las cámaras de seguridad mostraron que el agente intentó frenar la avalancha con patadas, y que fueron éstas últimas las que causaron la fractura de tibia y peroné.