Hasta la fecha el único partido y el único líder que ha presentado un equipo para dirigir España si los ciudadanos le dieran su confianza o la fuerza parlamentaria necesaria para formalizar un ejecutivo ha sido Pedro Sánchez. Esta es la verdad. Y la verdad es siempre la verdad.

Y de los nombres venteados hay algunos en los que deseo hacer una parada y una consideración.

Gabilondo

Desde mi punto de vista y sin desmerecer a otros nombres me interesa subrayar Angel Gabilondo, actual jefe de la bancada socialista en la Asamblea de Madrid. Gabilondo es una de las mejores cabezas de la clase política, un intelectual de primer orden y una persona con una clara visión estratégica en materia de educación que es la gran asignatura pendiente de este país. Si a ello unimos su sentido nada patrimonialista de la cosa concluiremos sin sectarismo alguno (que es otra de las características favorables al vasco) que estamos ante un futuro gran ministro.

Borrell

Puedo decir casi lo mismo de Josep Borrell. Podría haber sido un gran líder del PSOE en su momento si de por medio no hubieran aparecido unos inspectores fiscales que le hicieron la cusqui. Borrell es un tipo especialmente preparado, moderno, europeo donde los haya y con una visión global del mundo. Ha sido una gran noticia su repesca para la política nacional. Y sería un enorme ministro de AAEE, sobre todo, si lo comparamos con el actual un tal García-Margallo al que odian incluso en el PP.

Sevilla

El trío se puede completar con Jordi Sevilla como jefe del área económica de ese hipotético gobierno. Sevilla es una persona reconocible en sus postulados y sus conclusiones. Tiene experiencia y conocimientos. Sabe que la realidad económica es la que es y no parece muy predispuesto a realizar brindis al sol. Creo que Pedro Sánchez ha escogido bien, huyendo de paqueiradas hueras.

Precisamente ese departamento será decisivo. Sánchez no ha querido hacer demasiados experimentos en un asunto de comer . Es de agradecer porque la economía se presta a todo tipo de demagogias y de tonterías. Ha preferido caminar sobre una opción claramente socialdemócrata reconocida y aún experimentada.

Del resto de los nombres prefiero no opinar. Por ahora.