Un compañero de prisión de José Manuel Villarejo aseguró que el comisario retirado le confesó que tiene preparada una “traca final” de grabaciones en caso de que no “me saquen pronto”. El goteo de conversaciones privadas filtradas ha salpicado a la ministra de Justicia, Dolores Delgado; ha dinamitado la carrera política de María Dolores de Cospedal; ha provocado la citación en la comisión de investigación de la caja B del PP del chófer de Luis Bárcenas y del marido de Cospedal, Ignacio López del Hierro… Y se esperan más. El terremoto Villarejo ha alertado al empresario Javier López Madrid, alias compiyogui de la reina Letizia.

López Madrid mandó buscar micrófonos y cámaras hace 10 años en dos pisos propiedad de Inmobiliaria Espacio, compañía de la que era responsable. ¿El motivo? Según desvela El Español, estaba intranquilo porque el nombre de Villarejo ya resonaba y una grabación privada con Letizia podría comprometer seriamente su imagen.

Los dos inmuebles se sitúan en el Paseo de la Castellana de Madrid tenían 200 metros cuadrados, y uno de ellos lo utilizaban la reina y López Madrid para encuentros personales y distendidos.

Como para no preocuparse...

Si López Madrid tenía argumentos para pensar que Villarejo le estaría grabando, tiene motivos para preocuparse. Y es que, según las últimas revelaciones, ha trascendido que el excomisario formaba parte de un operativo de hasta 80 agentes (después condecorados) que escapaba al control judicial y cuyo objetivo era recuperar documentos del extesorero del PP que pudieran comprometer a Cospedal, Arenas o Soraya Sáenz de Santamaría -entre otros-.

Este despliegue, denominado Operación Kitchen, fue coordinado por Ignacio Cosidó, entonces director general del Cuerpo Nacional de Policía. Uno de los topos de esta red de espionaje (que llegó a utilizar las cámaras del Metro de Madrid para seguir a familiares de Bárcenas) era el chófer de Bárcenas, Sergio Ríos, quien cobró 2.000 euros al mes entre 2013 y 2014 por sus servicios. Y cumplió. ¡Vaya si cumplió! Gracias a Ríos, la Policía incautó documentos que probarían la financiación ilegal del PP a nivel nacional. Unos nuevos papeles que no fueron puestos a disposición de la Audiencia Nacional (hasta ahora). Y todo esto bajo el mandato de Jorge Fernández Díaz como ministro de Interior.

Lo que le faltaba a la Corona

De confirmarse las sospechas de López Madrid y en caso de que estas grabaciones vieran la luz, la imagen de la monarquía podría volver a sufrir un severo varapalo.

Hace pocos días, el rey emérito acudió como espectador de lujo al Gran Premio de Abu Dabi de Fórmula 1 a ver la última carrera de Fernando Alonso. Allí, saludó al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bien Salmán, con quien se fotografió en el palco de autoridades del circuito, lo que ha contribuido, como era de esperar, a fomentar las críticas -feroces- contra su figura.