El pasado martes 16 de octubre, el Partido Popular aprobó un nuevo Código Ético, el quinto en el último cuarto siglo. El primero del que se tienen noticias data de 1993, cuando José María Aznar regía la institución popular, pero con la llegada de Pablo Casado a la dirección del partido, se ha vuelto a elaborar otro texto de conducta.

En consonancia con este hecho, cabría preguntarse si lo acontecido entre María Dolores de Cospedal  y Villarejo – conocido tras la publicación de los últimas grabaciones del excomisario -si vulnera este último texto que rige la conducta de los miembros del PP. Y parece ser que es así.

Mientras, el Partido Popular mantiene una posición de pasotismo al respecto, sin decir una sola palabra sobre la que hoy sigue siendo vocal del Comité Ejecutivo y diputada. Y es que, según contempla la ‘Biblia’ de los populares María Dolores de Cospedal ha violado el Código de Pablo Casado, que hace caso omiso a las cuestiones de esta índole.

No al tráfico de influencias

“El Partido Popular rechaza cualquier beneficio del Partido o de sus integrantes que tenga que ver con el tráfico de influencias”. Así reza el texto que apenas cuenta con dos semanas de vida. Además, incluye que “ninguna persona aceptará ningún trato de favor que implique privilegio o ventaja por su pertenencia o vinculación al Partido Popular”.

Pero también recoge que no se “utilizará” el nombre de la formación conservadora “para influir en el desempeño de actividades públicas o de resoluciones administrativas”. Como se puede comprobar, se prohíbe expresamente valerse de la influencia de su cargo con el fin de obtener favores o beneficios.

“Ejercer cualquier tipo de influencia desde el Partido en funcionarios, empleados públicos, cualquier tipo de agente público o autoridad para conseguir cualquier tipo de actuación que pueda generar directa o indirectamente un beneficio económico al PP o a algún integrante o donante” de la formación.

Vulneración del Código

En este caso, María Dolores de Cospedal, según se puede comprobar en las grabaciones publicadas por Moncloa.com, ha incurrido en infinidad de faltas que violan el Código Ético del Partido Popular.

El encuentro tuvo lugar el 21 de julio de 2009, así como las reuniones de su marido con José Manuel Villarejo. Una fecha que coincide con el estallido de la mayor bomba mediática y judicial contra el Partido Popular: la Gürtel. De hecho, Luis Bárcenas ya estaba imputado por el Alto Tribunal. 

Esta reunión se produjo en el despacho de la secretaria General del Partido Popular en la misma sede nacional de la formación. Cospedal encargó “trabajos puntuales” al excomisario y le prometió “discreción” mientras López del Hierro – su marido – garantizaba los “pagos” a Villarejo. “Yo tengo la cartera en un lado y el corazón en el otro. El corazón es vuestro”, les confesaba el expolicía. Se produjeron más reuniones, pero el Código Ético ya habría sido vulnerado, amén de la dudosa conducta de Cospedal.

Silencio sepulcral

Actualmente, Génova 13 es un polvorín pero nadie quiere sacar los pies tiesto. Todos corren un tupido velo después de conocer los audios de María Dolores de Cospedal. Nadie se plantea aplicar el Código Ético contra la exministra de Defensa por el momento, pero tampoco cuenta con demasiados apoyos dentro del partido, al menos que se hayan manifestado públicamente.

Pablo Casado evita sustentar a su compañera por el momento, así como ofrecer cualquier valoración personal al respecto. La única persona que ha mostrado cierta cercanía hacia Cospedal ha sido Dolors Montserrat, quien aseguraba que contaba con “todo nuestro apoyo”. Pero las declaraciones sobre la ex secretaria General de la formación conservadora no se hallan por ninguna parte y la bola de nieve tiene visos de un mayor crecimiento.