También su talante puede ayudar. Si algún socialdemócrata heredero de Miquel Roca Junyent queda en CiU, ese es Xavier Trias. En este punto, también ha sabido tejer complicidades. De entrada, ha dicho que de recortes sociales nada de nada y ha elogiado, en un alarde de saber estar, el trabajo hecho por los socialistas. Como el último mohicano, Trias se ha erigido en el último socialdemócrata de una CiU que va a la deriva por la senda independentista.

Resbalón con el Espanyol
La situación no le es fácil pero ha empezado con buen pié excepto por ese traspiés en el que consideraba una desgracia tener un yerno del Espanyol. El resbalón no le pasará factura. El perico Alberto Fernández no está por la labor y, de hecho, lo dijo con ironía y nunca con agresividad. ¿Quién no ha sacado los pies del tiesto cuando se trata de fútbol? Quién esté libre de culpa que tire la primera piedra.

No dormirse en los laureles
Ahora, Trias tendrá que hacer acciones que marquen la andadura su mandato. De momento, palpa el ambiente con la oposición. Buenos discursos, buenas palabras, mano tendida y guiños a derecha e izquierda. Trias ha sido un buen líder de la oposición. No ha sido mal candidato, y apunta maneras para ser buen alcalde. Los socialistas harían mal en pensar que esto sólo es un mal sueño. Trias puede tener fecha de caducidad política, por su edad, pero si no se aplican puede que alguno de los suyos sea un buen sustituto. De momento, entre Trias y los suyos hay un abismo, pero no se puede contar con esta ventaja siempre. Hereu, desde la oposición, debe desde el primer día reconstruir el puente que le lleve de nuevo a dirigir el ayuntamiento. No puede perder ni un minuto porque el alcalde Trias, puede ser mucho alcalde y no deja espacio para dormirse en los laureles.

Toni Bolañoes periodista y analista político