Directores de colegios públicos en la Comunidad de Madrid han denunciado la mala calidad de las comidas que se sirven desde el pasado 18 de mayo a niños de entre 3 y 12 años de más de 10.000 familias vulnerables en la región. Son "incomibles", señalan.

Según la denuncia de los directores de centros públicos, recogida por La Información, los padres de los menores que acuden a recoger cada día las comidas se están encontrando con pasta, pescado o patatas de baja calidad. Algunas familias han optado por dejar de recoger los alimentos por lo que algunos de esos menús acaban en la basura. 

La Comunidad de Madrid, como el resto de comunidades, se hizo cargo de la gestión de las comidas de estos menores, tras el cierre de los colegios por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Pero desde el principio, los menús fueron muy cuestionados, por nutricionistas y grupos de la oposición, por la contratación de empresas de comidas rápidas (Telepizza, Rodilla y Viena Capellanes).

La Vicepresidencia de Derechos Sociales forzó al Gobierno de Díaz Ayuso a cancelar estos contratos y a optar por menús más saludables. La Comunidad de Madrid eligió entonces a una serie de empresas de catering, hasta 13, para preparar las comidas, pero no terminó ahí la polémica, dadas las denuncias de directores de colegios.

"Comida sin ningún sabor"

Según la denuncia de uno de esos directores, hace unos días la empresa contratada, Alyes Restauración Social, sirvió un menú con filete de halibut, champiñones y aceite de girasol. El docente criticaba especialmente que ni siquiera se usa aceite de oliva en la cocción. También afeó  que se ofrecieran "unos pocos macarrones, tomate de bote y algo de queso rallado". 

Otro de los menús servidos contenía judías verdes y merluza rebozada con patatas fritas. El director se quejaba de que la comida "no tenía ningún sabor".

Algunas familias han dejado de recoger los menús

Todos estos menús llegan a los centros escolares en su respectivo recipiente de plástico acompañados de fruta y pan. Una vez a la semana se acompaña de un lácteo, que puede ser un yogur o un flan.

Los directores denuncian también que algunas familias han dejado de acudir a los colegios a recoger las comidas para sus hijos y no tienen más remedio que tirarlos a la basura ya que no se pueden consumir más allá de las 24 horas prescritas.