El Senado de Brasil ha aprobó este jueves someter a un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, con lo que la aparta del cargo por hasta 180 días, tiempo máximo para que concluya el proceso y en el que será sustituida por su vicepresidente y enemigo político, Michel Temer.
En la votación, que se produjo después de una sesión continua de 20 horas y media de duración, 55 senadores se pronunciaron a favor del juicio político, 22 votaron en contra, mientras que cuatro estuvieron ausentes.
Para abrir el juicio político contra Rousseff bastaba con una mayoría simple, pero con este resultado, se rebasó el umbral de la mayoría calificada de dos tercios, 54 de los 81 senadores, que son necesarios para lograr la destitución definitiva al final del proceso.
El Senado tiene previsto comunicar su decisión hoy mismo a Rousseff, que ha anunciado que pretende realizar un pronunciamiento en torno a las 10 hora local, la una de la tarde en España, antes de dejar el palacio de Planalto.
Michel Temer, quien la va a sustituir de forma interina, ha previsto presentar hoy a su gabinete y ha adelantado que lo había definido "casi" por completo.
Maquillar las cuentas
Las acusaciones contra Rousseff se fundamentan en unas maniobras fiscales irregulares en las que el Gobierno incurrió en 2014 y 2015 a fin de maquillar sus resultados, que incluyeron la omisión de multimillonarias deudas con la banca pública.
La senadora Gleisi Hoffmann, cercana a Rousseff, consideró que las maniobras fiscales no son motivo suficiente para el impeachment y dijo que esto sería equivalente a "penalizar con pena de muerte una infracción de tránsito".
No obstante, muchos de los senadores que votaron a favor alegaron otros motivos, como el gigantesco caso de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, la grave crisis económica que atraviesa el país o por haber faltado Rousseff a sus promesas de campaña.
En su turno final, el autor del informe acusador en la Cámara Alta, el senador Antonio Anastasia, reiteró que "hay indicios suficientes para la apertura del proceso".
Por el contrario, el abogado del Estado, José Eduardo Cardozo, insistió en sus argumentos de que el impeachment carece sustento legal e indicó que, si los senadores decidieran aprobarlo, "Brasil se transformará en la mayor república bananera del planeta".