Los últimos días han llevado el epicentro informativo hasta Elche, después de que José Navarro, concejal del Partido Popular, protagonizara un escándalo sexual al ser acusado de mantener relaciones bajo un trono de Semana Santa. Navarro, que también pertenecía a la cofradía propietaria del trono bajo el que fue cazado, tuvo una dimisión en dos tiempos: primero fue cesado de su membresía religiosa, y más tarde se vio obligado a dimitir de su cargo político por estos hechos. Sin embargo, esta no es la única dimisión en el seno de la política ilicitana en esta legislatura, en la que PP y Vox se han puesto al frente del Consistorio y ha cundido el desgobierno.

La situación de Navarro era complicada para el equipo de gobierno después de que ElPlural.com publicara estas informaciones. En primera instancia, optaron por omitir lo ocurrido y achacarlo a un asunto personal para no darle mayor importancia, pero su dimisión se tornó inevitable y se formalizó este viernes. Supone la segunda en tan solo diez meses de gobierno de PP y Vox.

Pablo Ruz (PP) y Aurora Rodil (Vox) guardaron silencio hasta el viernes, pero diferentes movimientos hicieron necesaria una comparecencia pública. La presidenta de Vox en Alicante, Ana Vega, pidió su dimisión, del mismo modo que lo hicieron Abogados Cristianos y otras asociaciones. Tan solo 48 horas después de que PSOE y Compromís exigieran la renuncia de Navarro, ésta se produjo.

La dimisión de Tito Costa, la primera

La salida de Navarro, que se encargaba de las Concejalías de Deportes y Policía, ha supuesto una nueva reestructuración del equipo de Gobierno municipal. Meses atrás, dimitió Tito Costa con la legislatura recién empezada (en el primer pleno del mandato, para ser más exactos) y nunca se dieron explicaciones sobre ello, simplemente se achacó a "motivos personales", aunque ciertos rumores aseguraban que se debió a la incompatibilidad entre ser concejal de Comercio y tener un establecimiento en el municipio.

Sin embargo, la dimisión de Navarro ha tenido un impacto mucho mayor para el Ejecutivo ilicitano. Los motivos son claros: en primer lugar, que la legislatura ya está asentada y no en fases tan tempranas como en la dimisión de Costa. En segundo lugar, por su doble desempeño en dos concejalías diferentes, y por último, por el perjuicio a la imagen del Gobierno y de la propia ciudad al trascender un escándalo como este. Con la reestructuración en marcha, quedan en el aire competencias importantes como la de Recursos Humanos. En cuanto a sus posibles sustitutos, se barajan nombres como el del vicealcalde Francisco Soler, que ya conduce una concejalía de las más grandes. En cualquier caso, su desplazamiento a los roles que antes ocupaba Navarro podría derivar en que dejase Hacienda. Por otra parte, quedan por asignar Deportes y los aspectos administrativos de Seguridad, concejalía que lleva el propio alcalde y que en su día delegó en Navarro.

El caso de Navarro, a ojos de testigos

Antes de dimitir de sus funciones en el Consistorio, el ya exconcejal había decidido apartarse de la Cofradía Santísimo Cristo de La Columna, la propietaria del paso en el que se mantuvieron estas relaciones. De hecho, personas de esta misma Cofradía no dudaban en condenar lo sucedido a ElPlural.com: "En ese momento aún quedaba un grupo de trabajo con el palio de un paso que se estaba montando, unas 25 o 30 personas que vieron cómo entró, lo conocían y vieron cómo se metía debajo del paso, estuvieron media hora, y cuando salieron él iba despeinado y la mujer iba bajándose la falda. A parte, los compañeros intentaron que saliesen, pero no salían", relatan, añadiendo que algunos de los presentes le espetaron “descalificativos” por realizar estos comportamientos en un momento y espacio como tal. “No iba en condiciones para entrar a una iglesia”, relataban.

A su vez, otro testigo contó a este medio, a través de un audio, cómo en la madrugada del Viernes Santo es "tradición" montar el paso de La Esperanza por parte de los miembros de las cofradías en la iglesia a altas horas de la madrugada. "Durante la noche, este (Navarro) estaba por allí con otra gente, pero a nadie le extrañaba porque es concejal y costalero de la cofradía La Columna. No le echamos porque supuestamente no puede haber nadie dentro, pero como también estaba con otros concejales… sin más", comenzó detallando. 

En el momento en el que se fueron sus acompañantes, el edil "se quedó sólo" en las inmediaciones de la iglesia: "Hacía cosas extrañas, puede que fuera drogada porque, de repente, en torno a las 03:00 horas de la mañana, le pegó al llamador de La Victoria y llegó a retumbar en la iglesia. No le dijimos nada... todo el rato pensábamos que era concejal y que estaba viendo cómo trabajábamos, no pensamos a mal", continuó. 

Navarro terminó yéndose de la iglesia pero, al cabo de una hora, ya llegadas las 05:00 horas de la mañana, volvió a aparecer "junto a una tía con unas pintas de puta... no sabíamos quién era, pero tenía tal pinta", de acuerdo con el autor del audio. "No le dijimos nada porque en todo momento pensábamos que venía a enseñarle los pasos, ¿cómo vas a pensar mal para eso?", se cuestionó.

"A la media hora dijo otro de los compañeros que se habían metido debajo del paso. Entró uno de los costaleros… y fue de coña, le pegó al paso y debajo se escuchó: ‘¡Que no entre nadie!’. Entonces cogió Juanito y le dijo al concejal: ‘José, sal de aquí que lo que estás haciendo es una puta vergüenza’. Al final fue Peral -hijo de la que fue alcaldesa de Elche, Mercedes Alonso-, levantó el faldón y se los encontró tal cual, la otra ya se estaba vistiendo", explicó el testigo. "Uno de los presentes le espetó al concejal: ‘Eres un sinvergüenza, vete de aquí de la iglesia, que poca vergüenza de hacer esto’. Entonces él cogió y le dijo: ‘Un respeto, no me hables así que estás en mi iglesia’. Se fue y nos quedamos flipando", relató.

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