Mariano Rajoy (Santiago de Compostela, 1955), afronta sus horas más difíciles. Después de 37 años acumulando poder, una moción de censura podría poner fin a sus días en política. Y es que desde que en 1981 se convirtiese en diputado autonómico, el político gallego ha ido ocupando cargo tras cargo.

Rajoy es el político más longevo en la política española. El secretario general del Partido Popular ha pasado casi de forma ininterrumpida por la administración local, provincial, autonómica y estatal. El pasado 30 de abril, el todavía presidente del Gobierno alcanzó la cifra de 5.000 días en el ejercicio del poder del Estado (2.677 como ministro y el resto como presidente de España).

Derrotas electorales, enemigos internos, casos y más casos de corrupción, varias crisis económicas, el desafío catalán e incluso la abdicación de un rey y de un Papa. A todo había sobrevivido Rajoy hasta ahora. O más bien, a casi todo. Porque muchos años antes de que Pedro Sánchez presentase una moción de censura tras la sentencia del caso Gürtel, Rajoy tuvo que dejar la política. Por un breve período de tiempo, pero lo hizo.

23 de septiembre de 1987. Esa es la fecha que una moción de censura le quitó a su mentor Fernández Albor la presidencia de la Xunta de Galicia. Comandada por el PSdeG y sus 22 escaños, las crónicas de entonces cuentan que la moción también recibió el apoyo de los 10 diputados de Coalición Galega, 5 del PNG y 3 del PSG de Camilo Nogueira.

Una vez triunfó la iniciativa, Rajoy pasó de ser vicepresidente de la Xunta a tomarse su único descanso en la vida política. Fueron nueve meses en los que el político gallego ejerció como registrador de la propiedad en Santa Pola (Alicante). Pasado ese breve período Rajoy volvió, ya en el Comité Ejecutivo Nacional del partido, a la política. Y desde entonces hasta nuestros días.