El polémico exalcalde de Alcorcón, protagonista de numerosas controversias durante su vida política, ha sido designado por Isabel Díaz Ayuso como consejero de Vivienda y Administración local. Pero su inclusión en el Ejecutivo regional no solo no borra de un plumazo un pasado polémico, sino que arrastra consigo varias sombras.

Su nombre se ha visto salpicado por la corrupción, concretamente por la trama Púnica; y también ha sido el foco de todas las miradas por sus declaraciones machistas y LGTBIfóbicas.

Hombre de máxima confianza de Casado

Pérez dice de sí mismo que es “especialista en estrategia de Comunicación con casi dos décadas de ejercicio docente, político y asesor” y a pesar de que no deja pasar la ocasión para proclamar sus convicciones liberales, el hecho cierto es que desde los 25 años que entró a dedo a trabajar con el entonces concejal del Ayuntamiento de Madrid, Sigfrido Herráez Rodríguez, no ha dejado de percibir unos cuantiosos salarios publicos.

Esperanza Aguirre ha sido su madrina política, quien más y mejor le ha promocionado, posicionándole como Portavoz del Grupo Parlamentario Popular y posteriormente como alcalde en el municipio de Alcorcón

Actualmente es la mano derecha de la futura presidenta de la Comunidad de Madrid, y cumple con todos los requisitos: ultracatólico, liberal y popular de pura cepa, para que Casado le confíe la tarea de tutelar a Ayuso en su mandato.

Salpicado por la Púnica

El pasado octubre, ElPlural.com desveló las grabaciones de José Luis Huerta, exgerente de Waiter Music, sobre cómo se organizaban las fiestas en Alcorcón (Madrid). 

En su declaración ante el juez Manuel García Castellón, que instruye el caso Púnica, Huerta aseguró que recibía “información privilegiada” del Ayuntamiento para ganar los concursos públicos para organizar los conciertos de las fiestas patronales en este municipio.

Si nos remontamos hacia atrás en el tiempo, dado que David Pérez ha gobenado Alcorcón con el Partido Popular desde 2011 hasta 2019, lo cierto es que se encuentran varios hitos sospechosos en las contrataciones municipales, siempre con un mismo protagonista: Waiter Music, la empresa situada en el centro del huracán Púnica cuando hablamos de organizar fiestas y saraos, bien sea para gobiernos del PP, bien sea para eventos privados de Francisco Granados.

Tras la información revelada por este periódico, el Ayuntamiento de Alcorcón emitió un comunicado en el que desmentía “tajantemente la existencia de cualquier irregularidad” en sus contrataciones puesto que sus contratos se hacían “con absoluta sujeción a la legalidad y atendiendo al criterio de los informes técnicos preceptivos”.

Tres céntimos de Presupuesto

Tras ocho años con David Pérez al frente del Gobierno de Alcorcón, llegó el turno de la socialista Natalia de Andrés que denunció la vergonzosa gestión de la administración anterior. Los socialistas se encontraron con que el gobierno saliente reservó tres céntimos para la celebración de las fiestas patronales.

“Hemos conocido que el Gobierno actual cuenta con tan solo tres céntimos en la partida destinada a la realización de las Fiestas Patronales este año ya que el anterior equipo de gobierno lo destinó a otros objetivos”, explicó De Andrés en una rueda de prensa.

No se trata solo de la irrisoria cuantía, lo que más sorprende es que un Ayuntamiento como el de Alcorcón no se tome más en serio esta partida presupuestaria dado que las fiestas de Alcorcón se han situado en el epicentro de la trama Púnica y son objeto de investigación de la Justicia.

Declaraciones machistas y LGTBIfóbicas

El popular protagonizó uno de los momentos más bochornosos de su carrera cuando expresó, “a mí siempre me ha parecido muy sorprendente que hayamos llegado al siglo XXI todavía con ese feminismo rancio, feminismo radical, totalitario, vigente, incluso influyendo en las legislaciones y marcando en muchas ocasiones la agenda política. A pesar de todo, ahí sigue habiendo ese movimiento feminista, influyendo, dominando e imponiendo que es verdaderamente lo que le gusta a este tipo de movimiento”. Además de estas declaraciones, Pérez llegó a tachar a las feministas de "mujeres frustradas, amargadas y rabiosas".

No se quedó ahí, también arremetió contra el derecho al aborto: “El aborto, lejos de ser un derecho, constituye un retroceso social incompatible con un auténtico progreso basado en la dignidad humana y los derechos fundamentales". Continuó diciendo que el aborto "es el mayor atentado contra la dignidad del hombre que se ha producido en nuestra historia. El mayor crimen humanitario que existe".

El colectivo LGTBI también estuvo en su punto de mira. El exalcalde intentó por todos los medios no colocar la bandera multicolor en el Consistorio. Sin embargo, y por las críticas que recibió terminó colocándola, eso sí, donde nadie la viera. En vez de colocarla en el balcón del edificio la puso en su interior, para que solo las personas que acudieran al Ayuntamiento pudieran verla.