A primera hora de este próximo lunes, la plana mayor de Ciudadanos está convocada en Madrid para analizar y establecer su política de pactos tras la batería de comicios electorales que acaba de terminar. Esta reunión no es baladí, ya que la formación decidirá una posición estratégica que marcará su éxito o fracaso en el futuro.

La campaña para las generales del 28A se planteó como un ataque frontal al sanchismo y una oportunidad para 'sorpassar' al Partido Popular y hacerse con el liderazgo de la derecha. Algo en lo que se ha fracasado estrepitosamente pero que, igualmente, ha permitido al partido naranja doblar su número de representantes en muchas autonomías y consolidar su extensión territorial.

El 26M pintó un panorama en el que Ciudadanos se convertía en la llave del gobierno en numerosas Comunidades y ayuntamientos. Por ello, esta reunión de la ejecutiva supondrá un campo de batalla excelente para todos los críticos con la estrategia de Rivera de imponer en todos los territorios una política de pactos en favor del bloque de la derecha y junto a la extrema derecha de Vox.

Los motivos para oponerse a esa estrategia son múltiples. Por un lado, Ciudadanos es la excepción en el grupo de los liberales europeos, siendo los únicos que pactan con la ultraderecha en lugar de oponerse férreamente como ocurre en el resto de la Unión. Por otro, las particularidades de cada región obligan a sus dirigentes a exigir discrecionalidad en su política de pactos, como sería el caso de Castilla y León, donde una alianza con los socialistas permitiría destronar a un PP enquistado en el poder tras 32 años de mando.

Situarse junto a Vox, incluso con posibilidad de compartir algunos gobiernos, también estaría levantando numerosas críticas internas dentro de Ciudadanos. Y es que una inclinación tan obvia hacia la derecha impediría al partido posicionarse en el futuro como una fuerza transversal y de centro capaz de entenderse con un Partido Socialista al que, hoy por hoy, exige renegar de su líder.

En consecuencia, los críticos del partido, como el superviviente del 'pucherazo' castellanoleonés, Francisco Igea, o Manuel Valls, más preocupado por el independentismo que por el 'populismo' de Colau en Barcelona, medirán sus apoyos este lunes para que el partido fije una estrategia de geometría variable con la que poder llegar a acuerdos puntuales, tanto a izquierda como a derecha.

Como ya desvelábamos en ElPlural.com​, muchos de esos críticos se guardan la carta de no acatar la disciplina impuesta desde Madrid, convertirse en tránsfugas o, incluso, terminar en el grupo mixto.