Los resultados del Partido Popular en las elecciones europeas, autonómicas y municipales fueron catastróficos, pero Pablo Casado salvó el pellejo gracias a que el batacazo de Podemos desvió el foco mediático y que todo a punta a la revalidación del Gobierno de la Comunidad de Madrid y la reconquista del Ayuntamiento de la capital. Sin embargo, los barones territoriales son conscientes del riesgo y de que los resultados fueron desastrosos. Se lo hicieron saber a Casado y todo desembocó con una tremenda bronca entre Alberto Núñez Feijóo, Juanma Moreno Bonilla e Isabel Bonig contra Casado.

Durante la mañana de este lunes se reunió el Comité Ejecutivo Nacional. El líder popular expuso las conclusiones que extrajo de los comicios. A su juicio, el partido se ha recuperado del desastre del 28A, que fue provocado por la corrupción y la crisis de Cataluña. Los barones no están de acuerdo con este análisis.

A su llegada a la reunión, Feijóo, Bonilla y Alfonso Alonso entre otros, atribuyeron la mejora de la tendencia al giro al centro. No le trasladaron sus impresiones a Casado durante el Comité, esperaron al almuerzo.

Casado bajó a la sala de prensa y desautorizó las declaraciones de sus barones. El presidente del PP consideró acertada la estrategia del 28A y acertada también la del 26M, al tiempo que negó la existencia de ningún viraje ideológico: “Niego la mayor. El PP sigue donde ha estado siempre. No ha habido tal giro al centro”, sentenció.

Estas palabras terminaron por calentar la temperatura y, en el almuerzo Feijóo, Moreno Bonilla y Bonig fueron los portavoces de los críticos (que son mayoría).

Según cuentan varios medios de comunicación, el que más entró en el cuerpo a cuerpo con Casado fue Feijóo. El presidente gallego llegó a decirle que si no entendía lo que había pasado es que no entendía nada. Explicó que la derechización no es una cuestión ideológica sino de percepciones, la imagen que transmitía el partido era “que nos habíamos derechizado”. De hecho, Feijóo argumentó que cualquier otra hipótesis invita a pensar que la cosecha de mejores resultados se debe a que los candidatos municipales eran mejores que el candidato a la presidencia del Gobierno. Es decir, mejores que el propio Casado.

El líder popular aguantó el tipo, pero le salió otro frente: el presidente de la Junta de Andalucía. Casado llegó a reprocharle que había hecho más daño al partido la fotografía con Vox en Andalucía que la de Colón; a lo que Moreno Bonilla le replicó que a él nadie le ve como “un facha” porque no había perdido su personalidad.

El ambiente fue tenso y continúa caldeado. Tanto es así que Casado ha pospuesto la designación de los portavoces en Congreso y Senado. Por el momento, desempeñarán dichas funciones José Antonio Bermúdez de Castro e Ignacio Cosidó.

Y es que, Casado gusta de Cayetana Álvarez de Toledo para la portavocía parlamentaria, pero los barones no son partidarios dado que representa al ala más dura.