El nombre de Antonio Miguel Carmona, edil socialista del Ayuntamiento de Madrid, se ha visto revuelto con el del procesado Luis Pineda, presidente de Ausbanc, después de que varios medios hayan difundido una conversación entre ambos incluida en el sumario que investiga si la asociación de usuarios de la banca se utilizaba como red de extorsión. El teléfono de Pineda ya estaba intervenido por orden judicial cuando el pasado 15 de febrero se grabó una llamada de Pineda a Carmona para quejarse del trato que estaba recibiendo por parte del Gobierno municipal de Ahora Madrid, concretamente de la concejala Celia Mayer.

Pineda le pidió ayuda

Pineda insistía en que le ponían trabas para montar una carpa en la Plaza de Callao para reeditar un acto que ya habían realizado un año antes con Botella y sondea a Carmona sobre su relación con Mayer, y el edil le recuerda que ha pedido dimisión "miles de veces". El de Ausbanc pide ayuda al socialista para que "ruede" la cabeza de la edil de Ahora Madrid y Carmona se limita a remitirle a la compañera de su grupo municipal que se ocupa de Cultura. Durante la conversación ambos se intercambian también palabras de cariño y reconocimiento mutuo. 

"Nada punible", recuerda Carmona
Carmona quien insiste en que no hay "nada punible" en la charla con Pineda y que no recuerda la conversación por lo que no sabe si se ha eliminado de las transcripciones que están haciendo los medios algunas partes. "Lo único que puede desprenderse de la conversación grabada con Luis Pineda es una buena relación con alguien que me transmite una queja sobre la concejala de Cultura", insiste en unas declaraciones remitidas a los medios y que ha ratificado a este digital. Así, apunta que su relación con Pineda se entabló "especialmente como compañero en tertulias radiofónicas" y que se sintió traicionado "a raíz de descubrirse su imputación en diferentes delitos".

"Pineda me llamó para denunciar un acto contra una feria por parte de la concejala de Cultura y yo le remití a nuestra concejala de Cultura, como haría con cualquier otro ciudadano", subraya sobre su papel en aquella conversación. "La conversación es de lo más normal con un compañero de tertulias del que desconocía que hubiera cometido los delitos que posteriormente se le han imputado. Nada de lo que arrepentirme", explica.