“¡Hay Ley Trans!”, ha celebrado el colectivo LGTBI a las puertas del Congreso de los Diputados este jueves después de conocerse la aprobación de la norma impulsada por el Ministerio de Igualdad, capitaneado por Irene Montero.

No obstante, este hito para el Gobierno de coalición en sede parlamentaria ha tenido una brecha más que relevante: Carmen Calvo, exvicepresidenta del Ejecutivo central, quien se ha abstenido en la votación; una postura que han adoptado otros seis diputados, aunque la ley ha salido adelante con 188 síes y 150 noes.

Después de la votación, y en conversaciones con los medios de comunicación, ha aportado una explicación clara sobre su decisión, con la que cual ha roto la disciplina de voto del grupo parlamentario socialista: "Estoy de acuerdo con que exista una ley, pero no esta ley", aunque ha defendido que no coincide con el 'no' constante "de las derechas que no están nunca para proteger a estos colectivos". Preguntada por si espera algún tipo de sanción por parte del PSOE parlamentario, a lo que ha respondido que "siempre" asume las consecuencias de sus actos. 

Choque previsible

Este final no ha causado sorpresa, ya que el choque era de esperar tras varias semanas de confrontación por las enmiendas registradas por los socialistas para remodelar la normativa para con los derechos de las personas trans. El Grupo Socialista sostuvo el argumento de que pretendían estudiar en términos jurídicos la nueva ley y, tras un feroz debate interno que llevó a una de las históricas del partido, Carla Antonelli, a dimitir, apostaron por introducir modificaciones que impactaban en el núcleo de la misma.

De esta manera, pretendían que los menores de 12 a 16 años necesiten autorización judicial para poder cambiar en el Registro Civil su nombre y sexo. Un cambio que, a su juicio, “se refuerzan las garantías” para ese tramo de edad, en sintonía con la recomendación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). De este modo, Podemos aceptó algunas de las enmiendas en busca de un nuevo consenso. Sin embargo, rehusaron y el paquete socialista se cayó del dictamen gracias al PP.

Podemos ha evitado así hablar de “batalla política” con sus socios de coalición, indicando así que la aprobación de la ley es “un orgullo para todos los españoles”. Una postura en la que también se ha posicionado la promotora de la misma, Irene Montero, indicando que, al final, se ha saldado “la deuda” que el país tenía con el colectivo trans y LGTBI, dando "un paso muy importante para reconocer la libertad de determinación de la identidad de género y los derechos de las personas LGTBI": "La forma más contundente que tenemos los demócratas para hacer frente a los reaccionarios y de seguir avanzando en democracia, es conquistar derechos", ha subrayado.