Silvio Berlusconi, ex primer ministro de Italia, ha vuelto a exhibir su machismo con su representación de las mujeres como un trofeo. El presidente del equipo de fútbol AC Monza ha prometido un “autobús de prostitutas” en caso de que sus jugadores consigan ganar a uno de los grandes clubs de la liga deportiva italiana, asumiendo también la heterosexualidad de todos sus miembros y tratando así a las mujeres como un objeto.

Como se puede observar en un vídeo difundido en redes sociales, la reacción de los futbolistas ha sido una risa generalizada, mostrándose cómplices del discurso machista de Berlusconi. El exdirigente italiano ha pronunciado estas palabras durante la cena de Navidad de su equipo de fútbol con la intención de animar a sus deportistas de esta forma.

“Ahora llegan la Juventus, el Milan, y si ganáis a uno de estos grandes os haré llegar un autobús lleno de prostitutas al vestuario”, ha proferido Berlusconi en su discurso hacia los futbolistas del club que compró en 2018. El también presidente de Forza Italia, partido que facilitó la investidura de la ultraderechista Giorgia Meloni como primera ministra, ha presumido del entrenador de su equipo deportivo y ha calificado la mencionada propuesta como un “estímulo extra” para los jugadores.

Berlusconi, implicado en escándalos de prostitución

Después del ascenso del AC Monza a la Serie A, la máxima categoría del fútbol italiano, el político de la derecha conservadora y reaccionaria no ha publicado este fragmento de sus declaraciones en sus redes sociales, sino que ha decidido eliminar esta parte. Una “velada especial” o un año “increíble” gracias a su logro de subir a la primera división ha sido únicamente el contenido del discurso que el propio Berlusconi ha difundido .

A lo largo de toda su trayectoria en la política institucional, el que fuera el jefe del Gobierno italiano se ha visto implicado en numerosos escándalos relacionados precisamente con la prostitución. Por ejemplo, son conocidas las fiestas que Berlusconi, actualmente con 86 años, organizaba en su mansión de Milán, donde tenía “esclavas sexuales”, según la fiscalía italiana, con el objetivo de explotar a las mujeres sexualmente.