Las últimas semanas están siendo especialmente turbulentas para Elías Bendodo. Además de ser relegado a la vicesecretaría de Política autonómica y municipal y Análisis Electoral (anteriormente ostentaba el cargo de coordinador general del PP), su habitual influencia en la política andaluza no le ha servido para sacar partida en las elecciones a la dirección de la Universidad de Málaga (UMA), su última aventura por tierras de la Costa del Sol. Bendodo, acostumbrado a hacer y deshacer en el seno del PP andaluz, se ha dado un batacazo de altura al ver cómo Olga Guerrero, esposa del alcalde del Partido Popular de Benahavís, José Antonio Mena, del núcleo de mayor confianza de Bendodo, no pasaba a la segunda ronda de las elecciones al rectorado de la institución educativa malagueña.

La candidata se sumaba a la lista de concurrencias casi de última hora, demorándose más que sus competidores al no contar con grandes apoyos, de acuerdo con fuentes de la UMA y del medio 'El Observador'. Guerrero ha competido contra Ernesto Pimentel, Teodomiro López y Juan José Hinojosa, pero ha caído en la primera vuelta de las votaciones al conseguir sólo un 14% de los apoyos, frente al 43% que ha cosechado López Navarrete y el 32% de Pimentel, quienes se medirán en la segunda vuelta. Destacar, a su vez, que Olga Guerrero desempeña actualmente el cargo de vicerrectora adjunta de Proyectos Institucionales de la UMA. 

A su vez, las mismas fuentes de la UMA apuntan que Guerrero "es una candidata claramente de Patricia Navarro (delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga y presidenta del PP malagueño, cargo heredado con la bendición de Bendodo) y van a intentar sacarla". "Pero les está costando mucho. Es difícil encontrarle una posibilidad”. Tan difícil que ha sido eliminada en la primera votación. "Están intentando colocar, aprovechando su poder en la Junta, a sus candidatos en las universidades. Candidatos que no sean incómodos para el gobierno autonómico, porque las universidades dependen directamente de la Consejería de Universidades e Innovación de la Junta de Andalucía. Olga sería la candidata idónea para ellos, la mujer de un alcalde de su partido, que conoce a la perfección el funcionamiento del partido", relatan.

 

Sin embargo, en esta ocasión no les ha salido bien la jugada, y la rectoría se disputará entre López Navarrete y Pimentel en la segunda vuelta de la votación.

Reestructuración del PP

Con Bendodo y su cambio de competencias en el foco, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha expresado que el criterio del expresidente de la Xunta a la hora de llevar a cabo los nombramientos ha sido “de generosidad y equilibrio territorial”, pensando por encima de todo en el proyecto de partido. "Feijóo no está para contentar a los barones, sino para ganar las elecciones", ha argumentado. En relación con Bendodo, su hombre de mayor confianza en la dirección nacional del partido, ha destacado que tiene "ilusión y ambiciones naturales de seguir trabajando en el proyecto" en la capital. Nada de volverse a Andalucía, como apuntaban informaciones de hace unos días, y menos después de fracasos como el de la Universidad malagueña, donde su influencia no ha servido para nada.

"Sólo le compete a Feijóo decidir con qué persona se siente más cómoda y con cuál cree que puede hacer una labor política más eficiente. Soy tremendamente respetuoso con las decisiones que se toman, por lo cual, respeto los últimos cambios", zanjaba Moreno Bonilla, sin pronunciarse más profundamente al respecto sobre el nuevo rol de su hombre de confianza.

Por otra parte, el encargado de la portavocía en la formación 'popular' será Miguel Tellado, mano derecha de Feijóo en Galicia y figura que venía ejerciendo la vicesecretaría de Organización. Una persona que, además de conocer muy bien los entresijos del partido y la manera de trabajar de Feijóo, ha sido el que más ha elevado el tono discursivo en los últimos tiempos, a veces recurriendo incluso a exabruptos contra el Ejecutivo de coalición que han sido afeados casi unánimemente. El ejemplo más plausible de ello se dio cuando sentenció que el secretario general de los socialistas debería abandonar España en un maletero, "igual que lo hizo Puigdemont".