Gerardo Díaz Ferrán, Jaume Matas, el Rey Juan Carlos y Arturo Fernández en una cacería de perdices. LA CELOSÍA Gerardo Díaz Ferrán, Jaume Matas, el Rey Juan Carlos y Arturo Fernández (d) en una cacería de perdices. LA CELOSÍA



El presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández, ha sido ‘pillado’ repartiendo sobres con dinero negro entre sus empleados. No ha sido así literalmente, pero casi: trabajadores de su grupo Cantoblanco han denunciado esta práctica, según han asegurado, “extendida”, en la compañía. ¿Por qué será que los que debieran comportarse como líderes se empeñan en exigir a los demás lo que no cumplen? Este sábado, supimos que Mariano Rajoy se subió un 27% su sueldo en el PP en plena crisis, mientras pedía moderar los salarios de los españoles. El jefe de la patronal madrileña peca de lo mismo: ha clamado por “medidas enérgicas”, “esfuerzos brutales”, “avanzar en el copago en sanidad y la dependencia”, “limitar el derecho a la huelga”…vamos, como él mismo ha dicho, finiquitar “el café gratis para todos”, mientras él se escaqueaba frente a sus compromisos con el fisco.

Fundescam y el ascenso de Aguirre
Dicen que es uno más del PP madrileño, al menos era así en tiempos de Aguirre, su amiga de toda la vida, con la que compartió pupitre en el Colegio Británico y a la que aupó al poder en 2003, junto a otros grandes empresarios, como su cuñado y presunto delincuente Gerardo Díaz Ferrán, expresidente de la patronal española. Según se deduce de documentos requisados en las empresas Gürtel, las donaciones de importantes empresarios a la fundación Fundescam sirvieron para financiar la campaña de Aguirre de aquel año.

Consejero a la sombra
El PP madrileño suele usar uno de los reservados de uno de los más lujosos restaurantes de la cadena Arturo para celebrar sus reuniones electorales. Uno de los asistentes a esas comidas contó a El País que el empresario “no participa, pero se pasa a saludar”. La relación ha sido tan estrecha que algunos vieron en él a un consejero más de la expresidenta.

Un magnate en toda regla
Pero Arturo Fernández no es un empresario cualquiera. Aunque él presume de minimizar su poderío económico –ha dicho que es sólo “un hombre acomodado” que tiene “para pagar a mis empleados y hacer algunas cosas que me gustan"- es dueño de un imperio hostelero con más de 4.000 empleados y 180 establecimientos. Cuenta entre sus clientes a la Asamblea de Madrid, el Congreso de los Diputados, el complejo de la Moncloa, incluidos el ministerio de la Presidencia y la Vicepresidencia, así como otros dos ministerios; tambiém a UGT.

De caza con el Rey
Cualquiera no se va de caza con el Rey. En diciembre pasado, ELPLURAL.COM se hizo eco de una foto de Arturo Fernández, junto al monarca, el expresidente balear Jaume Matas y el expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán (‘cualquier similitud con la corrupción, es pura coincidencia’). La imagen fue tomada en 2007, en la finca El Alamín de su cuñado, Díaz Ferrán.

La condena por perjudicar a sus trabajadores
A pesar de que de sus declaraciones a los medios podría pensarse que en el presidente de la patronal española todo es rectitud y virtud, la realidad es otra. En 2012, el juzgado de lo social número 33 le condenó por cambiar a los trabajadores de su grupo empresarial Cantoblanco, un año antes, sus condiciones laborales de manera injustificada. Y no solo eso, para hacerlo recurrió a una treta: presentó en 2011 las cuentas de 2008, que reflejaban pérdidas

Imputado en el caso Bankia
En diciembre pasado, Arturo Fernández tuvo que declarar en la Audiencia Nacional como imputado en el caso Bankia. Era uno de sus consejeros. En sus confesiones ante el juez dijo que votó a favor de las primeras cuentas de la entidad para 2011, que reflejaban unos beneficios de 309 millones de euros, sin haberlas estudiado, porque "si Deloitte dice que están bien las cuentas, no voy a leerlas". Los 33 imputados en esa causa están acusados de estafa, apropiación indebida, falsificación de cuentas anuales, en conexión con delitos societarios, administración fraudulenta y maquinación para alterar el precio de las cosas.

3.000 euros por sentarse en el Consejo 
Fernández admitió que cada vez que se sentaba en un consejo de Administración de Bankia cobraba dietas por valor de “entre 2.500 y 3.000 euros” y normalmente había “uno al mes”, pero “no estábamos por dinero”, precisó. “Era un consejo de profesionales que han hecho muy bien el trabajo, aunque parezca mentira. No hemos hecho nada fuera de la normativa, sino un trabajo eficaz, serio y leal a la entidad”, añadió el empresario.

De las reformistas a las reformas serias
Se ha declarado “amigo personal” de la ministra de Trabajo, Fátima Báñez. Lo cierto es que su reforma laboral le ha dado gusto. Ha pasado de cargar contra el Gobierno socialista por “sus reformitas que no han llegado a nada” a alabar la gestión del Ejecutivo del PP, al que votó, según él mismo ha reconocido. Ha calificado de “serias” las medidas de política económica emprendidas por el Gobierno” y ha asegurado que “ya han comenzado a dar sus frutos, mejorando la productividad y la competitividad”.

Reformas brutales, copago, reforma laboral sin paños calientes
En noviembre pasado, en vísperas de las elecciones generales había pedido “reformas brutales” y cambios profundos en la reforma laboral, como facilitar el despido. “Una reforma laboral sin paños calientes”, dijo el número dos de la patronal española, que advirtió que se “acababa el café gratis para todos”. Ha defendido públicamente el recorte de los gastos sociales, el copago, echar a funcionarios, subir el transporte público, que encuentra “muy barato” y congelar los salarios.