Este domingo, por fin, se celebran las elecciones en Castilla y León después de la decisión de Alfonso Fernández Mañueco de disolver su gobierno de coalición con Cs. El presidente de la Junta comenzó la campaña electoral como líder absoluto en las encuestas, pero ha llegado a la jornada de reflexión ahogado en un mar de dudas y haciendo gala de una gran debilidad. 

Mañueco no ha sabido muy bien a qué jugar durante la campaña. A medio camino entre Ayuso y Casado, el político salmantino no ha sido capaz de dar una identidad propia al proyecto. Desde el prestigioso medio británico The Economist se ha analizado cómo Mañueco creyó al decretar el adelanto de elecciones que podría repetir el éxito de su homóloga madrileña: “Si es así, es posible que haya calculado mal”, reflexionan desde el medio anglosajón.

De hecho, aseguran que “tiene pocas posibilidades de obtener una mayoría absoluta” y apuntan que  “tendrá que asociarse con uno o varios otros partidos para formar un gobierno regional, quizás incluyendo a los partidos de la España Vaciada”.

Por otra parte, The Economist también refleja la eclosión de los partidos regionalistas. De hecho, asegura que Soria Ya! puede ser la marca más votada en su provincia: “Teruel Existe convirtió eso en más atención a la despoblación. El Ministerio de Medio Ambiente es ahora el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico”, analiza el medio.

Desde The Economist también se ha observa el desprecio de Mañueco a estos partidos a los que ha comparado con los nacionalistas, así como su acercamiento a los trabajadores del campo tras la polémica de Alberto Garzón: “Pero los agricultores son menos de una cuarta parte de la población rural, según Vicente Pinilla de la Universidad de Zaragoza. Los habitantes del campo quieren trabajos, no himnos a los labradores”, asevera el medio.