La llegada de Pablo Casado al poder genovés supuso una ruptura con el legado de Mariano Rajoy. El segundo advenimiento de Aznar se cernía en el Partido Popular progresivamente. Eso sí, sin contar con su figura en ninguna lista, sino más bien como reclamo para el electorado más conservador y más susceptible a marcharse a Vox.

Con este viraje a la derecha en su afán por acercarse al expresidente, Casado ha plagado las listas de personas cercanas a su figura y una de ellas es la cabeza de lista popular por Barcelona. Cayetana Álvarez de Toledo es el mejor alivio que el dirigente conservador cree que necesita el elector catalán después de una constante depresión en las autonómicas del citado territorio, donde perdieron el grupo parlamentario propio.

Cayetana, marquesa y diva

Según informa La Razón, en el seno del Partido Popular están encantados con que Álvarez de Toledo esté constantemente en los medios de comunicación y presumen del tirón mediático inherente a ella. “No teníamos nada y, por tanto, todo es ganar terreno”, explican desde dicho diario. “Todo está tan mal que es difícil empeorarlo y, al menos, Cayetana propone algo diferente. Si saca tres o cuatro escaños será un rotundo éxito, pero no lo tiene fácil”, concluyen en Génova.

No obstante, en otras sedes regionales, incluyendo Cataluña, no se recogen los mismos comentarios positivos, sino más bien todo lo contrario. Desde el PP catalán no son pocas las voces que critican el regreso de “la colaboradora de Aznar en FAES” a la formación. Aseguran que ha llegado como “un elefante”, con “exceso de divismo” y adquiriendo un protagonismo que pone en brete el trabajo del resto de populares catalanes.

Siguiendo la información de La Razón, “Álvarez de Toledo y Aznar son una misma cosa y Cayetana es ofrecer algo muy parecido a Arrimadas, pero sin ser de aquí”, explican. Su comportamiento no ha caído demasiado en gracia en el seno del Partido Popular en Cataluña.