La propia exmujer de Alberto Fabra, la arquitecta castellonense Cristina Fortanet Gómez, lo anunció a sus íntimos como se hacen estas cosas ahora: en las redes sociales. En concreto en su página de Facebook. Lo contaba el diario Levante en un suelto (la imagen que acompaña esta información)



Posteriormente, la historia se había 'colado' en la web de Las Provincias... pero misteriosamente también había desaparecido después. Un reflejo de cómo funciona 'la Valencia del PP' y la 'influencia' que tiene el Palau de la Generalitat. Pero, ante las quejas de los lectores, y ante la evidencia de que la propia exmujer de Fabra lo había 'publicado' para conocimiento de sus amigos, periódico y Gobierno valenciano no tuvieron otro remedio que dar el paso adelante y hacerlo 'oficial'.

El ascenso de la 'mano derecha' provocó muchos celos
Leyendo Las Provincias, tan cercanas al PP, se podía ver la 'naturalidad' con la que, ahora sí, se pretendía envolver el asunto desde el entorno de Fabra: "El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha firmado el acuerdo de divorcio de su mujer, Cristina Fortanet, hace unos días, tras 21 años de matrimonio. La sentencia pone fin al matrimonio si bien los trámites para separarse se pusieron en marcha hace más de un año y, desde entonces, el presidente regional ha vivido en Valencia mientras que su ya exmujer y sus hijos, Alberto y Cristina, han permanecido en el hogar conyugal en el centro de Castellón..."

Alberto Fabra con su ya exmujer, Cristina Fortanet. Foto EFE



En realidad era la confirmación de una comidilla que circulaba en los ambientes políticos y periodísticos valencianos desde hacía meses. Podría decirse que incluso ya más de un año. En concreto, se disparó desde que Fabra ascendió a 'mano derecha' oficial y plenipotenciaria a quien había sido su jefa de gabinete, Esther Pastor, con la que ya había trabajado en el ayuntamiento de Castellón, y la puso en mitad de su 'foto' oficial con el rimbombante e interminable título de "secretaria autonómica de Organización, Coordinación y Relaciones Institucionales de Presidencia de la Generalitat".

Mi familia no está en el Palau de la Generalitat
El 'ascenso' de Pastor fue recibido a regañadientes. En especial, como les contamos en este periódico, en los ambientes de la cúpula 'popular' valenciana, donde la vieron desde el primer momento como un 'factor extraño', que poco después se confirmó, iba a alterar el equilibrio de los poderes internos.

Y de inmediato saltaron también los rumores apuntando que la relación entre Fabra y Pastor trascendían lo profesional y saltaban a lo personal... Esther Pastor, como Fabra entonces, está casada. En su caso, con un piloto de aviación. Pastor realizó una entrevista en un medio de comunicación valenciano en el que intentó paralizar los rumores con una frase muy redonda, "mi familia no está en el Palau de la Generalitat", pero lo cierto es que la historia siguió creciendo hasta el punto de saltar a la calle y asumirse como un hecho, aunque nadie lo confirmó ni desmintió oficialmente. Era un asunto personal, del que se hablaba, pero que se mantenía en ese ámbito.

Dos historias extrañas y paralelas...
Hasta que, como les contábamos en ELPLURAL.COM el pasado mes de diciembre, saltaron dos historias, paralelas y con ángulos oscuros, que envolvían a la pareja Fabra-Pastor. Historias que tenían que ver con viajes y hoteles.

Alberto Fabra en primer plano, y tras él, Esther Pastor, su directora de Organización, Coordinación y Relaciones Institucionales / Foto Generalitat valenciana



En el caso de Esther Pastor, lo que sucedió fue que el pseudosindicato Manos Limpias presentó una demanda contra ella por, supuestamente, haber utilizado fondos públicos para pagar habitaciones a las que se desplazaba en fines de semana.

Pastor siempre dijo que se trataba de viajes de trabajo. En la querella se leía, sin embargo, que "Esther Pastor Tomás abusando de su cargo, y con ánimo de lucro, ha venido utilizando fondos públicos para usos privados, como pagos de hoteles en las ciudades de Madrid, Altea, Alicante, Jávea, entre otras ciudades, sin que conste ningún acto institucional que justifique el desplazamiento, ni cómo se ha justificado el gasto, e incluso todo parece indicar que la habitación no solamente ha sido utilizada por Dª Esther Pastor Tomás".

... con hoteles de lujo
En el caso de Alberto Fabra, que parece 'calcado' al de su 'mano derecha', el asunto se refiere a un viaje de fin de semana a Marrackech. Un lío que llevó incluso a que Rafael Rubio, diputado del PSPV-PSOE planteara una batería de preguntas en las Cortes valencianas sobre el tema.
La historia es así: el fin de semana del 1 de noviembre de 2013, el mismo, para mayor inri, en el que se decidía el cierre de Canal Nou, Alberto Fabra, y el consejero de Sanidad, uno de sus más cercanos amigos en estos momentos, Manuel Llombart, viajaron a Marraquech “acompañados por un número determinado de personas” cuya identidad se desconoce.

Un viaje tan peculiar y reservado, nos dijeron en fuentes políticas, que el President y su consejero habría incluso renunciado a que le acompañara en él su seguridad personal. Las preguntas que presentó el Grupo Socialista comenzaban buscando la confirmación de si “se ha realizado el mencionado viaje”, para a continuación preguntar “¿Cuáles fueron sus motivos y objetivos?”, “¿qué duración tuvo?”, “¿Cuál es la relación completa de la delegación que participó en el mismo?” y “¿Qué programa de actividades tenía previsto y cuáles de ellas se desarrollaron?”. Para concluir cuestionando “¿Cuál ha sido su coste, total y desglosado por conceptos, y a qué partida se ha imputado?”.