Es poco probable que ‘Oscuro deseo’ pase a los anales de las historia de Netflix ni rompa moldes en el mundo de la televisión. Sin embargo, lo cierto es que este thriller erótico mexicano, empapado de feromonas y sexo, que chorrea intrigas, secretos y demasiadas mentiras, contiene suficientes elementos para siendo lo que es, cause estragos en medio mundo.
Gran parte de su éxito se explica por las ardientes escenas de cama, de alto voltaje que regalan sin miramientos la pareja protagonista Maite Perroti y el impresionante bellezón Alejandro Speitzer. Todo un culebrón con grandes dosis de suspense, que desde su estreno en España hace un mes, se encuentra en el puesto número dos de lo más reproducido de la plataforma. ‘Oscuro deseo’ sin ser una obra maestra entretiene y promete subir la temperatura del que sin ningún tipo de miramientos decida darle a una oportunidad, pulsando el play en la plataforma de streaming.
Todo el mundo habla de ella…
Cuenta la historia de Alma Solares (Maite Perroni), una madre de familia y profesora universitaria, cuyo matrimonio hace aguas por todas partes. Las relaciones sexuales con su marido Leonardo son pésimas, sobre todo porque él se la está pegando con su secretaria.
Su vida da un giro de 180 grados cuando durante una visita de fin de semana a su amiga Brenda, conoce al pivón y enigmático Darío Guerra, un joven con quien tendrá una brutal noche de sexo. Al día siguiente regresa a casa con su esposo y su hija, arrepentida y decidida a olvidar su desliz, aunque será imposible hacerlo.
Lo que comenzó siendo una pequeña aventura, se convierte en una incendiaria pasión y más tarde en una peligrosa obsesión, que desentraña además toda una cadena de secretos y misterios. A lo largo de los episodios vamos descubriendo además el inquietante perfil psicológico de Darío. Pero esto es solo la parte erótica del asunto. Luego está el thriller. Ya en la primer escena de ‘Oscuro deseo’ descubrimos un crimen que tiene lugar en la mansión de Alma, seis semanas después de este encuentro y por el que es detenida. Y no es la única muerte en la que se verá involucrada la protagonista.
Sexo, sexo y más sexo
La parte erótica de la trama da un inmejorable juego. Cualquier excusa es buena para regalarnos tórridas escenas de buen sexo en la cama, en la bañera o en la cocina entre la adúltera profesora y el que pronto se convertirá en su alumno más aventajado, que esconde además un perfil psicológico más que inquietante y digno de estudio. Una belleza madura, Maite Perroni y un impresionante jovencito como es Alejandro Speitzer componen una pareja bien dispuesta a facilitarnos grandes dosis del erotismo más salvaje.
Sus prácticas de sexo puro y duro en la cama, en la bañera, en la cocina, y en medio de descarados besos, rudos frotamientos y ensordecedores gemidos son más que morbosas. Aunque los encuentros pecan de poco naturales ante la cámara, sin embargo esas secuencias de alto voltaje, envueltas en inmejorables primeros planos bajo una realización exquisita, una música perfecta y sobre todo el gancho del actor mejicano, son el mejor reclamo para el público al que va dirigida ‘Oscuro deseo’.
Aunque no sea una telenovela como tal, dado que la componen solo 18 capítulos de 30 minutos cada uno, sin embargo sí utiliza muchos de los elementos del género. Esto incluye que todos los personajes sean muy apasionados y dramáticos ante cualquier tipo de circunstancia y que el misterio, el secretismo y la infidelidad estén a la orden del día.
Sin embargo mezclar thriller y culebrón nunca fue buen asunto. ‘Oscuro deseo’ lo intenta y el resultado es un híbrido entre las películas de sobremesa del domingo por la tarde en Antena 3, los apasionados culebrones de toda la vida y ‘Cincuenta sombras de Grey’ o ‘365 días’ ese thriller erótico infumable polaco que también triunfa en Netflix. La compañía de streaming todavía no ha confirmado si la exitosa ficción mejicana tendrá una segunda temporada.
