Rels B, uno de los nombres imprescindibles de la música española actual, ha dado un paso más en su proyección internacional al convertirse en protagonista de la portada global del September Issue de la revista GQ. La publicación, que saldrá a la venta en España el próximo 27 de agosto, dedica su edición más esperada del año al artista mallorquín, que a sus 30 años se ha consolidado como fenómeno global.

En 2024 fue el español más escuchado en el mundo, especialmente gracias a la enorme repercusión de su música en México, y hoy se mantiene entre los cinco artistas españoles más oídos con 24 millones de reproducciones mensuales en Spotify. Su primera portada en GQ llega acompañada de una entrevista, en la que el músico se muestra con una sinceridad sorprendente: habla de su boda, del vértigo de los macroconciertos, del consumo actual de música, de formar una familia y, sobre todo, de una posible retirada cercana.

El cantante, cuyo nombre real es Daniel Heredia, reconoce que su relación con la fama y el ruido mediático no siempre ha sido fácil. Sobre su reciente boda, admite que cometió “un error garrafal” al no pedir expresamente a los invitados que no subieran imágenes: “Nosotros nos hicimos los cercanos y tranquilos, pero nos dimos cuenta de que es imposible. Porque al final ha salido hasta mi abuela llorando, ¿sabes?”. Un detalle íntimo que muestra la tensión que vive cualquier figura pública en la era de las redes sociales.

Pero más allá de la vida personal, lo que más impacto ha generado de sus declaraciones es su reflexión sobre el futuro de su carrera artística. “Estamos más cerca que nunca, sí... Mi idea es hacer un disco más y ya está”, afirma con rotundidad. Aunque matiza que la música no desaparecerá de su vida, se muestra convencido de que su etapa creativa como solista está llegando a un final natural: “Quizá en el futuro haga música yo solo con una guitarra, no sé, y luego algún concierto y demás... Pero la etapa creativa y lo que yo podía aportar en la música creo que ya está llegando a su fin”.

Lejos de sonar a desencanto, Rels B explica que lo que busca es cerrar el ciclo de manera feliz: “Quiero retirarme contento, con todo perfecto, y después empezar otros proyectos”. Entre esas ideas menciona escribir para otros artistas, experimentar con electrónica, producir o incluso montar “una bandita de jazz house” para tocar sin presiones: “Algo que me entretenga, pero más acorde a mi edad y a lo que somos ahora mismo”.

La entrevista también revela un Rels B más íntimo y familiar. El mallorquín confiesa que quiere convertirse en un padre “superpresente”: “No perderme nada del embarazo, ni del posparto, ni de los dos primeros años. Si estás todo el día metido en el estudio creo que te pierdes cosas. Si estás todo el rato de gira, también”. En un sector donde la exigencia de giras y lanzamientos continuos es cada vez mayor, sus palabras apuntan a un deseo de poner el foco en lo personal y en un tipo de vida más equilibrada.

Sobre la industria actual, Rels B se muestra realista con la manera en que se consume música en la era del streaming. Explica que los artistas deben elegir entre “apostar por tu arte un poco más tranquilo y saber que tus números van a estar un poquito más abajo” o convertirse en “una máquina de matar y estar dos años sacando todo y a los dos años saber que tu carrera aburre”. Una reflexión que conecta con su deseo de no estirar más de lo debido una etapa creativa que, según él, ya ha alcanzado su madurez.

Fiel a sus orígenes, el artista recuerda que nunca empezó en la música por dinero: “Yo miro a mi alrededor, a carreras muy grandes como C. Tangana, incluso Rosalía, y ha sido así. Rosalía iba a locales de rap de Barcelona de 20 personas a meterse ahí a cantar y no buscaba nada, nosotros somos de esa escuela. Fuimos los afortunados de disfrutarlo siendo pobrecitos, muy pobrecitos. Después ya apareció todo, pero yo agradezco haber vivido eso y no al revés. Nunca lo hicimos por dinero, solo queríamos hacer música y disfrutarla y que la gente la escuchase”.

El artista mallorquín, que ha alcanzado el éxito masivo y el reconocimiento internacional, parece decidido a no dejar que su carrera se desgaste en la repetición. Prefiere, según dice, cerrar el círculo en el punto más alto, reinventarse y buscar otras formas de relacionarse con la música. Lo hace desde la serenidad de quien entiende que, a veces, retirarse a tiempo es también una manera de ganar.

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