Durante una breve entrevista en formato YouTube Shorts, El Jincho —con el estilo directo que le caracteriza— lanzó una frase que rápidamente se viralizó: “Me cago en su p… madre, qué listo era ese tío”. No se trataba de una grosería gratuita, sino de una ocurrente confesión sobre la admiración que le inspiró Diógenes, el filósofo griego que vivía en una tinaja y rechazaba los lujos de la sociedad para abrazar una existencia plena y despampanantemente austera.
Esa frase, con su fuerza cruda y auténtica, conecta directamente con la esencia de la filosofía cínica. Diógenes, discípulo de Antístenes y figura central del cinismo, defendía la libertad individual y una vida despojada de artificios. Su ejemplo extremo —vivir sin casa, con lo mínimo y despreciando el honor social— lo hizo famoso tanto por su coherencia como por sus anécdotas provocadoras.
El Jincho ofrece esa reacción visceral como una clave para entender su admiración: no parece hablar del filósofo desde el respeto civilizado, sino desde una vivencia visceral, casi instintiva, como quien reconoce sin filtros la genialidad del personaje. Esa espontánea exclamación es justo el tipo de honestidad brutal que Diógenes habría aplaudido.
En apenas unos segundos de entrevista, El Jincho consigue algo pocas veces logrado por figuras del entretenimiento: activar la curiosidad filosófica del público sin ceremonias académicas ni citas formales. S u estilo urbano, directo e irreverente actúa como puente entre dos mundos supuestamente distantes: el rap callejero y la antigua Grecia.
— NERVE AGENT (@NerveAgent_VDO) August 10, 2025
Desde su irreverencia, El Jincho también aporta otra dimensión: la del influencer o artista que no tiene miedo de mezclar humor, cultura pop y saber milenario. No es la historia de Diógenes lo que se viraliza, sino el modo en que un rapero del siglo XXI lo abre al público con una frase deslenguada y memorable.
Además, la frase recupera el humor como vía legítima al conocimiento. No solo se aprende mediante conferencias o textos épicos: a veces una expresión callejera, sincera y sin filtros puede provocar un “¿Quién era ese tío?” tan eficaz como cualquier ensayo filosófico.
Pues ese tío era Diógenes de Sínope, uno de los filósofos más irreverentes de la antigua Grecia. Vivió en el siglo IV a.C. y se hizo célebre por llevar al límite la filosofía cínica: rechazaba la riqueza, la política y las normas sociales, y predicaba con el ejemplo, habitando en una tinaja y sobreviviendo con lo estrictamente necesario. Entre sus gestos más conocidos está el pasearse con una lámpara encendida a plena luz del día diciendo que “buscaba a un hombre honesto” o el célebre enfrentamiento con Alejandro Magno, a quien, cuando le ofreció concederle un deseo, le respondió: “Apártate, me tapas el sol”.
También mencionó a Sócrates, otro de los grandes pensadores griegos, conocido por su método de diálogo y su insistencia en el autoconocimiento con su célebre “solo sé que no sé nada”. Para el rapero, ambos comparten una capacidad única para desafiar las normas y poner en cuestión las certezas de su tiempo, aunque lo hicieran de maneras distintas: Sócrates desde el debate y la ironía, y Diógenes desde la provocación y el ejemplo extremo.
En resumen, la reflexión de El Jincho no solo suma seguidores en redes, también despierta interés por una figura antigua, subversiva y liberadora. Diógenes, el “perro” cínico, cobrando vida en la voz de un artista urbano de Orcasitas: el choque genera risa, viralidad… y, por qué no decirlo, una invitación a pensar.