Nyno Vargas (Burjasot, 1993) fue una leyenda de internet a finales de la primera década de los 2000. Se erigió como uno de los primeros artistas en viralizar la estética cani y hacer de su barrio su propio escenario. Valencia era así. Perros de presa, oros, tatuajes, gomina, motos, bíceps. Esos videoclips iban muy duros. Eran chavales guiados por una absoluta libertad. Cogían una cámara, se grababan un videoclip y pal YouTube. Sin un amo al que obedecer. Chavales libres que hacían música y que, casi sin querer, crearon una escena.
Nyno Vargas fue de los primeros artistas en viralizar el rap con aire flamenco. También en introducir sonidos latinos. Con el tiempo, fue creciendo, se profesionalizó y siempre ha contado con el respaldo del público. Más de 15 años después, cuenta con un millón de escuchas mensuales en Spotify. Su música sigue sonando en coches con las ventanillas bajadas y discotecas. Pionero de un sonido del que ahora beben decenas de artistas. Uno de ellos, Omar Montes, protagoniza el último tema de Nyno. Acompañados por la artista brasileña Ludmilla, buscan colarse en el verano de los españoles con Señales, un tema que formará parte del próximo proyecto del valenciano y que cerrará la trilogía El Efecto Nyno.
P: ¿Qué reflexión haces como precursor de un sonido que tanto éxito tiene en la actualidad?
R: Siento mucho orgullo. Lo que comenzó en 2008 como un experimento se ha convertido en un sonido afincado en España. Con el tiempo se ha visto que hicimos un buen trabajo en su día. Han pasado muchos años.
P: Ya no solo fue un sonido. Fue una estética, también. Todo muy callejero y enseñando el barrio desde dentro.
R: La gente fuerte, los perros, los tatuajes. Estaba muy de moda por entonces en Valencia y era algo que no se llevaba todavía en la música.
P: Pienso en Invicto, Masacre Lirical o Controlando Valencia.
R: Madre mía.
P: ¿Qué recuerdas de aquella época?
R: Son buenos recuerdos. Echo la vista atrás y veo que se han conseguido muchas cosas. Hacíamos lo que nos gustaba sin esperar nada a cambio. Siempre de corazón y de la mejor manera posible dentro de nuestras posibilidades. Al final, lo mejor es que el público ha respondido bien y con los años se ha ido sumando gente. Qué te voy a decir, que nos ha tocado la lotería.
En España hay mucho racista con los gitanos
P: ¿Qué crees que has tenido de diferente?
R: Son muchos factores. Esto es como meterte en un laboratorio y hacer un experimento. Te puede salir bien o te puede salir mal, pero la realidad es que incluso teniendo todos los elementos, las cosas pueden fallar y no salir bien. Hay gente con mucho talento que no ha salido y otros están ahí sin tener mucho que ofrecer. Lo principal es saber conectar con la gente a través de tus letras y tu manera de expresarte. La suerte también influye.
P: ¿Echas de menos aquellos inicios?
R: Siento algo de nostalgia por los primeros conciertos, las primeras canciones y esos momentos que no se van a volver a repetir. No deseo volver atrás, pero echo de menos esa sensación de que te de igual todo. No tener tantas responsabilidades y ser más ignorante. Antes podías expresarte libremente y la gente no se lo tomaba tan mal. Ahora parece que cualquier cosa que digas puede ser utilizada en tu contra, como si estuvieras detenido.
P: ¿Has cambiado mucho en estos años?
R: He madurado mucho. Antes había cosas que me tomaba a la ligera y ahora las pienso más.
P: ¿Cómo fue el paso de ir por libre a estar dentro de la industria musical?
R: Se me hizo muy difícil porque estaba muy bien. Te empiezas a regir en base a unas normas y a una manera de trabajar que no me gustaban. Yo era de hacer las cosas cuando me apetecían. Ahora hay demasiada burocracia. También echo en falta la libertad de hacer las cosas a mi manera. Ahora, si no te riges por esas normas, las plataformas no te apoyan y ni apareces en las listas.
P: ¿Cómo has aprendido a saber moverte en este mundo?
R: A base de palos, la verdad. Muchos errores y malentendidos. Hay dos maneras de aprender: o te lo explican todo bien desde el primer momento o lo pillas, o como me pasó a mí, a base de malas experiencias.
Hubo una época en la que me daba vergüenza cantar canciones de amor
P: ¿Te sirvió de algo tener cierta sabiduría de barrio?
R: Evité muchos engaños. Cuando te metes en ese mundo, siendo un chaval que no sabe nada, te hacen firmar lo primero que te ponen en la mesa. Hay gente a la que se le arruina la carrera por un error de esos. Conozco casos de artistas con proyección internacional que, por culpa de contratos inhumanos que les convertían en esclavos, han acabado mal, metidos en procesos legales que pueden durar años. Y mientras tanto, no pueden sacar música. Si tu desapareces tres años, a no ser que seas Daddy Yankee, no se acuerda de ti ni tu padre.
P: Además, la manera de resolver conflictos también es diferente en cada lado de la vida.
R: Totalmente. Venir de donde vengo te puede servir para algunas cosas, pero la realidad funciona diferente (ríe).
P: ¿Te parece importante que existan figuras gitanas de éxito para romper estereotipos y servir de ejemplo para otras generaciones?
R: En España, hagas lo que hagas, te van a señalar por ser gitano. Puede haber 40 buenos, que con 10 malos siempre van a priorizar a esa minoría y te van a juzgar. Hay gente muy racista y como gitano me sienta mal. Estoy integrado en la sociedad, pero entiendo perfectamente el rechazo que siente el pueblo gitano hacia otras personas. La gente parece que no entiende que somos españoles. Yo soy 100% español, no alemán. Los comentarios de "son siempre de los mismos". Enciendes la televisión y escuchas hablar de clanes y todo eso. Independientemente de que estemos trabajando, de que coticemos, de que haya médicos, futbolistas, siempre va a haber gente racista que te va a juzgar. Hagas lo que hagas.
P: Además de esa fusión de flamenco y rap, también fuiste pionero en meter ritmos latinos en tu música.
R: Siendo más joven, llegaron dos colombianos al barrio y me enseñaron mucha música. Además, mi primer productor era hondureño. Empecé a salir con ellos por discotecas latinas. Vas conociendo otras culturas que no sabías que existían porque en mi barrio éramos el 90% gitanos. Me fui empapando de ritmos como la salsa, merengue, bachata... Y empecé a introducirlos en mi sonido. Recuerdo escuchar mucho Héctor Lavoe. Marc Anthony, raperos como Héctor y Tito y todo ese género.
P: Creo que el éxito de tu música reside en que se concentra perfectamente porque son ritmos populares.
R: Antes de eso, nos encasillamos en ese sonido de gente más marginal y con una forma de hablar muy de calle. Con el tiempo, fui haciéndome más conocido y fui agregando cosas. En aquel entonces me daba vergüenza cantar canciones de amor. Luego se me quitó el pudor y el público fue creciendo.
P: Vergüenza por la gente de tu barrio, me imagino.
R: Claro, claro. Cuando tú estás en la película del barrio, todo es muy distinto. Y más cuando eres un chaval. Hablar de amor no pegaba con lo que hablábamos ni con nuestro día a día. Yo no podía bajar a la calle y enseñarles algunas canciones. Y justo son esas las que más funcionan.
P: ¿Cuándo sacas el nuevo álbum?
R: Estoy trabajando en el Efecto Nino Fin y terminar la trilogía. En 2015 empecé haciendo el Efecto Nino, en 2021 saqué el Efecto Nino Continuará y ahora pongo el final de esta etapa. No hay fecha, pero llegará antes de final de año.