Un libro, una lección de historia del arte y 28 mujeres “hartas” de estar relegadas en el olvido. Este es el preludio de Muy Hartas, el nuevo proyecto presentado por David García Vivancos, ilustrador especializado en caricatura, y Antònia Torelló Torrens, licenciada en Historia del Arte, una pareja que ha trabajado codo con codo para que el arte de más de una veintena de mujeres sea, al fin, reconocido. 

En un trabajo a caballo entre la biografía de las artistas y la caricatura como modo de atrapar la atención del lector y el espectador -dado que la obra también puede verse en la exposición en el Instituto Quevedo de las Artes del Humor-, los autores evocan a diferentes expresiones femeninas a lo largo de los siglos a través de distintas formas artísticas: pintura, escultura, cine o grabados. Desde ElPlural.com, hemos querido desgranar las principales claves del proyecto, coincidiendo así con la semana más feminista del año. 

P: Estamos con David García Vivancos y Antònia Torelló, que presentan su nuevo libro, bienvenidos a ElPlural.com. Muy Hartas habla de 28 mujeres artistas. ¿Cómo fue el proceso?

R: Bueno, la verdad es que Muy Hartas, como indica su propio nombre, es la continuación de Hartas, el primer volumen que sacamos justo hace dos años y el origen del proyecto es de Antònia. Yo hice historia del arte y pasé por la universidad habiendo estudiado cinco años, y puedo decir que me sobran dedos de una mano para contar las mujeres que he estudiado. Al terminar me puse a investigar, me puse a leer, a ver qué había pasado con las mujeres y si realmente no había habido o si les había pasado algo por el camino. Y simplemente descubrí que siempre había habido mujeres artistas, pero que por una razón o por otra habían estado ocultas o tratadas de una manera injusta. Y esta era una de las razones: tanto el primero como el segundo son maneras de hacer un poquito de justicia.

P: A lo largo del libro se evidencia que hubo algunos problemas a la hora de la documentación porque faltaban detalles de la vida de las autoras, ¿cómo fue también este proceso?

R: Documentar bibliográficamente la vida de algunas artistas es muy complejo, porque sí que es verdad que hay algunas que tienen una vida muy documentada porque en su momento fueron artistas de primer nivel y fueron muy conocidas, pero hay otras que pasan muy desapercibidas, incluso algunas que se las tapa muy pocos años después de su muerte. Todo eso dificulta el hecho de que podamos encontrar datos fiables sobre ellas. 

Hay algunas que no se sabe dónde nacen o dónde mueren o cuál es su carrera. De ahí a poner las pautas para que las futuras generaciones lo tengan un poco más fácil. De ahí la bibliografía al final del libro, para que tengan un sitio al que recurrir en caso de que quieran interesarse más por el tema.

P: Y el proceso de las ilustraciones con caricaturas, ¿cómo se dio esta idea?

R: Soy ilustrador especializado en caricaturas, que es lo que es lo mío, sin duda. Y por tanto en el diálogo siempre estuvo la idea de que las ilustraciones fueran caricaturas, porque es cierto que existen muchos libros de mujeres artistas, pero no tantos en los que el diálogo entre la historia del arte y la caricatura es tan evidente y se hace de esta manera.

 

Al pasar las páginas, destaca que el libro no está dividido ni en capítulos, sino en las propias biográficas de las autoras, pero cabe destacar un detalle de lo más llamativo en las caricaturas y que puede pasar desapercibido a ojos del lector. Cada una de ellas guarda un pequeño guiño de sus protagonistas: en el caso de Hannah Höch, que se encuentra caricaturizada en un fondo de repleto de recortes de periódicos, evocando a su maestría en el collage, se rescatan titulares en los que los autores del libro fueron mencionados por su proyecto.

 

P: También a lo largo del libro se explica que muchas de ellas fueron pioneras en artes pictóricas, en escultura, en grabados. Innovaron un montón en toda la historia del arte y la historia en sí a la hora de crear nuevos conceptos artísticos.

R: Creo que es importante dar a cada artista, hombre o mujer, el sitio que se merece. Es decir, si realmente tuvimos mujeres que fueron artísticamente pioneras, deben ser lo que son, mujeres artísticamente pioneras, y deben estudiarse en lugar de a los hombres.

En el primer libro, por ejemplo, se hablaba de Hilma af Klint. Es la primera persona dentro de la historia del arte que hace una obra abstracta. ¿Por qué hoy, año 2022, se sigue estudiando en las carreras universitarias de Historia del Arte que Kandinsky fue el primero que hace una obra abstracta, en vez de darle el sitio a Hilma af Klint? 

En este libro hay muchas otras artistas pioneras en ese sentido. Diana Mantuana es la primera artista dedicada íntegramente al grabado, que tiene un permiso papal para poder gestionar su trabajo ella misma. No es sólo hacer justicia con el libro, sino darle realmente el sitio que se merecen. Todos deberíamos ser conscientes de que la educación tiene que cambiar y tiene que incluirlas, haciéndoles su sitio.

P: Con motivo de lo que estás destacando. También se remarca en el libro que muchas de ellas no solo destacaron en el ámbito artístico, sino que, por ejemplo, Hildegarda de Bingen fue la primera que fundó un monasterio femenino independiente. Además, también hay otras mujeres que tuvieron que trabajar en trabajos que eran "de hombres" como en la construcción y todo ello no se destaca en los libros de historia.

R: Evidentemente, Hildegarda de Bingen es un caso excepcional, no solo dentro de la historia del arte, sino dentro de la historia. Una monja que tiene visiones, que se codea y se escribe con reyes, reinas, emperadores, con lo más granado de la época. La primera que funda un monasterio independiente, porque hasta ese momento los monasterios femeninos funcionaban como anexos a los masculinos. Ella dice que eso se acabó, considera que no tienen el reconocimiento que tendría que tener en un momento dado. Coge a las monjas de su congregación, se va a otro sitio y entonces empiezan a gestionar su propio trabajo.

Sabina de Steinbach es otro de estos casos. Hoy en día nos puede parecer incluso marciano que una mujer se dedique a la construcción o a la albañilería, en ese momento era algo completamente habitual. Por ejemplo, muchas compaginan esa labor pionera con sus trabajos, como por ejemplo Alice Guy, que era directora de cine, que hace películas de lo que hoy llamaríamos ficción, aunque toca muchos otros géneros, que en ningún momento le permiten abandonar su trabajo de secretaria, es decir, ella trabajaba dirigiendo películas, pero evidentemente mantenía su trabajo de secretaria. 

Son tantas y es tan necesario conocer su trayectoria, su trabajo y todo lo que tuvieron que sacrificar para poder dedicarse a eso desde la base de que las mujeres no tenían una educación. Una mujer que quisiera ser artista no tenía la misma educación o no podía acceder a la misma educación que tenía un hombre. Ya partiendo de esa base, llegar a ser una mujer artista era muchísimo más complicado que para un hombre.

P: Es evidente que los hombres han eclipsado mucho a las mujeres en el ámbito artístico. Está el caso de La Tintoretta, que era la hija de Tintoretto, y muchas veces firmaba sus cuadros con el nombre de su padre.

R: El caso de La Tintoretta es muy curioso. Marietta Robusti llega a tal nivel de simbiosis con su padre que sus obras prácticamente no se distinguen. Fue llamada por dos Cortes españolas distintas que la querían para trabajar como pintora de corte, pero su padre jamás la deja salir de su casa. Es más, la obliga a casarse con un señor a condición de que nunca pueda salir de su casa, que era algo que era completamente particular en su época.

Siempre estamos acostumbradas a las mujeres musas de, hijas de, mujeres de... Pero es de justicia darles el sitio que se merecen y desligar las de todas esas figuras masculinas que no hacen más que embarrar unas trayectorias absolutamente brillantes.

P: ¿Esperan que gracias a la visibilidad de obras como muy altas, se dé más cabida a las mujeres en museos y exposiciones de mayor relevancia?

R: Claro. Falta mucho trabajo por hacer. Es cierto que se han dado pasos importantes y prácticamente todos los grandes museos de arte a nivel mundial están poco a poco dedicando muestras monográficas a todas esas mujeres artistas que no han tenido la misma suerte que sus compañeros masculinos.

Muchas de ellas empiezan a ser conocidas gracias a toda esta labor que están haciendo los museos, y nos gustaría pensar también que gracias en parte a este pequeño granito de arena que nosotros aportamos a la causa, puesto que es cierto que esa reivindicación feminista e igualitaria hace que todas estas mujeres puedan salir de las sombras y del olvido en el que llevan tantísimos años.

El Museo del Prado, por ejemplo, es referente aquí en Madrid, creo que a nivel nacional es uno más conocidos en 200 años, debido a que tiene el museo como centro expositivo, pero solo ha tenido tres exposiciones de mujeres, eso dice mucho del trabajo que queda por hacer.

P: En otro punto del libro también lamentáis que quedan obras en los depósitos de los museos que no salen a la luz.

Marietta Robusti, por ejemplo, es una de ellas. El Museo del Prado tiene una obra de Marietta Robusti en sus fondos, que ahí sigue, en los fondos, y hace relativamente pocos años El Cid, de Rosa Bonheur, se colgó en las paredes de El Prado porque hubo un movimiento ciudadano muy importante que reclamó que esa obra se colgara en la exposición permanente. Eso evidencia el trabajo que queda por hacer. No sólo el Museo del Prado tiene obras femeninas en sus fondos. El Museo Reina Sofía también tiene obras femeninas en sus fondos y tantos otros museos. La historia del arte tiene que ser completa y tiene que ser completa también colgando esas obras en los museos.

P: También cabe destacar que las 28 mujeres que se describen en el libro no solo son de origen europeo, también hay una de ellas que es brasileña, hay más de una que es de Norteamérica y otra tiene orígenes esclavos.

R: En el primer libro sí que es verdad que éramos un poco más europeístas en ese sentido y tratábamos las grandes ramas de la historia del arte. En este segundo hemos querido abrir la mano, no sólo a las diferentes ramas de la historia del arte, sino también abrir el mapa y evidenciar de esta manera que las mujeres artistas han existido siempre, en todos los ámbitos artísticos y en todos los países del mundo.

P: El libro salió a la luz a principios de marzo y la exposición de Muy Hartas estará abierta al público hasta el 10 de abril. ¿Cómo está recibiendo al público esta exposición y el libro?

R: Pues la verdad es que estamos muy contentos con el feedback que estamos teniendo por parte de la gente, tanto las personas que ya tienen el libro en su poder y por tanto han podido empezar a leerlo, a revisar las caricaturas, como se relaciona el texto con la imagen y nos van comentando esto; como la exposición que inauguramos a principios de mes, donde se puede ver el montaje de las 28 caricaturas acompañadas de una pequeñísima biografía de cada una de ellas para que el público que pueda asistir no sólo se detenga en lo que es la parte gráfica, sino para que también cualquier visitante pueda leer esas cartelas y tener un pequeño acercamiento, aunque de manera muy breve y muy resumida a quienes son cada una de estas mujeres, que tienen mucho que contar.

P: Que el libro haya sido publicado en marzo es más que simbólico. Con el 8M que se ha celebrado este año después de dos años de pandemia. ¿Con qué mensaje y sensaciones se quedan? 

La sensación principal es que queda mucho trabajo por hacer. Desde nuestra propia parcela ponemos nuestro granito de arena para que eso cambie. Además lo hacemos también desde nuestra manera, no a nuestra manera.