El Ayuntamiento de Vilagarcía ha decidido no contratar finalmente al grupo Mägo de Oz para las fiestas de San Roque, tras unas polémicas declaraciones del guitarrista de la banda en las que, en tono irónico, mencionaba “cocaína y putas”. El gobierno local alega que no se puede permitir tal contenido en un evento público con dinero de todos. Desde el PSOE insisten: “Aquí no hubo cancelación ni censura, solo sentido común”.
Un “no” rotundo a la banalización de temas sensibles
La polémica se desató tras una actuación del grupo en Asturias, donde uno de sus miembros lanzó comentarios en tono sarcástico que incluían referencias al consumo de drogas y la prostitución. A raíz de ello, el Ayuntamiento de Vilagarcía - gobernado por el PSOE - pidió una rectificación pública, que nunca llegó. Ante esta negativa, se optó por no cerrar el proceso de contratación.
“Lo único que se pidió fue una rectificación sobre dos temas tan sensibles como la prostitución y el tráfico de drogas”, explican fuentes del Gobierno municipal a ElPlural.com. “No parece plato de gusto que, en un concierto pagado con dinero público y pensado para todos los públicos, se digan frases como ‘no nos robéis las putas ni la cocaína, que nosotros también queremos’”, añadió.
Aquí no se canceló nada, no había contrato firmado
Una de las claves del caso reside en lo jurídico: no hubo contrato, por lo tanto, no hubo cancelación. El Consistorio lo aclara sin rodeos: “No es lo mismo renunciar que cancelar. Si no hay contrato, no hay concierto. Si no hay concierto, no hay derecho a indemnización”.
Según explicaron, el proceso quedó formalmente en desistimiento de la contratación, amparado por el propio pliego de licitación, que solo contempla una posible compensación de hasta 100 euros por gastos administrativos. “Esto es un procedimiento legal, no una decisión improvisada. La administración tiene sus garantías”, sostienen.
Ante los titulares que han atribuido la decisión a una supuesta censura por críticas al presidente del Gobierno, el PSOE local ha salido al paso con firmeza: “Más abajo tienes las dos notas sucesivas. Ya me dirás dónde se dice que la renuncia al contrato —que no la cancelación del concierto— tiene que ver con los insultos a Sánchez y demás bobadas que se están diciendo en medios, pseudomedios y redes varias. Aquí no hubo ni censura ni cancelación, simplemente se intentó que hubiera un poco de sentidiño”.
Desde la Corporación municipal afean que algunos medios han encajado el caso en una narrativa política prefabricada: “Parece que hay quien decide el titular antes de tener la información. Lo que dijimos desde el primer día es que no se puede usar un escenario público para hacer apología de temas tan serios”.
Una cuestión de responsabilidad institucional
Desde el gobierno local recuerdan que Vilagarcía arrastra, injustamente, cierta estigmatización desde operaciones policiales pasadas relacionadas con el narcotráfico, como la conocida operación Nécora. Por eso, sostienen, cualquier discurso que trivialice estos temas tiene un impacto adicional en la ciudad.
“No se trata de ideología, sino de respeto. Aquí no se vetó a nadie por pensar diferente. Se contrató a Mägo de Oz por su trayectoria artística, y si hubieran rectificado, no estaríamos hablando de esto”, insisten. “Pero no podemos normalizar según qué cosas, y menos en un evento público con niños, abuelos y familias delante del escenario”.
Caso cerrado para el Ayuntamiento: sin contrato, sin concierto, sin indemnización
Con la decisión ya tomada, desde el Gobierno municipal de Vilagarcía se insiste en que no hubo cancelación contractual, sino una renuncia dentro del proceso de contratación, perfectamente legal y recogida en el pliego de condiciones. El Ayuntamiento no abonará compensación alguna salvo, como máximo, los 100 euros previstos por trámites administrativos si el grupo lo solicita formalmente.
Por su parte, Mägo de Oz no ha emitido una rectificación pública ni una queja formal, y el Ayuntamiento ha cerrado el caso con claridad: no hubo censura ni castigo ideológico, sino una decisión institucional basada en la responsabilidad que implica organizar un evento público y masivo. El cartel de las fiestas continúa sin el grupo, pero con el compromiso - afirman desde el consistorio - de mantener el respeto a todos los públicos.