La obra del famoso grafitero Banksy Love is in the Bin ('El amor está en la papelera') se vendió este jueves en Londres por 18,58 millones de libras (21,25 millones de euros). El cuadro se convirtió en uno de los más mediáticos hace tres años cuando se autodestruyó ante la mirada atónita de los presentes en la sala de subastas Sotheby's, pocos minutos después de ser vendido por 1,2 millones de euros (casi 1,4 millones de dólares) gracias a un mecanismo introducido por el artista y activado por control remoto.
En las primeras pujas de la sesión del jueves la obra, ejecutada con espray y pintura acrílica, ya había superado el precio máximo que habían estimado los expertos de la casa de subastas, 7 millones de euros (algo más de 8 millones de dólares), según EFE.
Banksy bautizó en un primer momento la obra como 'Niña con globo', una descripción literal de la imagen que presenta. Después de ser autodestruida, sin embargo, decidió cambiarle el nombre por 'El amor está en la papelera' El lienzo sobre el que pintó el misterioso grafitero quedó parcialmente destruido después de pasar por una trituradora de papel oculta en el marco, un mecanismo a control remoto que continúa instalado en el mismo lugar.
El artista nunca ha confirmado su identidad
El grafitero, que nunca ha confirmado su identidad y es mundialmente conocido como Banksy, pintó por primera vez la imagen de la chica con el globo rojo en una pared en la calle de Great Eastern, en Londres, en 2006.
Después de la destrucción del cuadro en 2018, ya renombrado como El amor está en la papelera, fue exhibido públicamente en museos de Londres, Hong Kong, Taipéi y Nueva York. Banksy es uno de los 20 artistas más cotizados del mundo. Su obra segunda obra más valiosa es 'El que cambia el juego', una pintura creada para recaudar fondos para el sistema de salud inglés tras la pandemia, que fue vendida el pasado mes de marzo por 19 millones de euros. El tercer puesto lo ocupa el 'Parlamento transferido', un lienzo con la imagen de la inglesa Cámara de los Comunes llena de chimpancés, que se vendió por cerca de 11 millones en 2019. El artista empezó hacer grafitis en las calles de Bristol en los noventa con temáticas como la inmigración y el consumismo.