"Matar a todos los judíos" o "Trump es una marioneta de Netanyahu" son algunos de los mensajes que aparecieron en la cuenta oficial de Elmo en la red social X. Sesame Workshop ya ha confirmado que se trata de un hackeo y denuncia la gravedad de los contenidos difundidos.
Elmo, uno de los personajes más queridos de la televisión infantil, ha sido víctima de un ciberataque con fines de odio. La cuenta oficial del personaje en la red social X, con más de 650.000 seguidores, fue hackeada este domingo para publicar una serie de mensajes con contenido antisemita, racista y político, según ha informado Sesame Workshop, la organización responsable de Barrio Sésamo.
Entre los mensajes publicados, ahora eliminados pero conservados en versiones archivadas, se leía una incitación directa a la violencia contra la comunidad judía: "Kill all Jews" (matar a todos los judíos), así como afirmaciones que calificaban al expresidente de EE.UU., Donald Trump, como una "marioneta de Netanyahu", en referencia al actual primer ministro israelí. Las publicaciones aparecieron en la tarde del domingo y estuvieron visibles durante varias horas.
Elmo’s official Twitter X account was hacked. pic.twitter.com/4SzxQdiits
— ToonHive (@ToonHive) July 14, 2025
Sesame Workshop condena los mensajes: “Repugnantes y racistas”
En un comunicado oficial, Sesame Workshop ha condenado con contundencia lo ocurrido. “La cuenta X de Elmo fue hackeada por un pirata informático desconocido que publicó mensajes repugnantes, incluyendo mensajes antisemitas y racistas”, ha declarado un portavoz. Además, han asegurado que la cuenta ha sido asegurada y que ya no está bajo control del atacante.
Aunque no se han dado detalles sobre cómo se produjo el hackeo ni si hay una investigación abierta por parte de las autoridades, el incidente ha generado una gran indignación tanto en redes sociales como en medios estadounidenses. Varias organizaciones judías ya han reclamado mayor responsabilidad a las plataformas digitales para evitar la difusión de discursos de odio.
On Sunday, Elmo’s X account was briefly hacked by an outside party, in spite of the security measures in place.
— Elmo (@elmo) July 15, 2025
We strongly condemn the abhorrent antisemitic and racist content, and the account has since been secured.
These posts in no way reflect the values of Sesame Workshop… pic.twitter.com/MaTqsjQ81V
X, un espacio sin control: otro episodio de odio bajo la era Musk
Este nuevo ataque se produce en un contexto particularmente problemático para X, la red social dirigida por Elon Musk, que desde que adquirió Twitter en 2022 ha eliminado numerosas políticas de moderación de contenido. La autodenominada "libertad de expresión absoluta" que promueve Musk ha desembocado en un aumento preocupante de la presencia de discursos de odio, desinformación y mensajes violentos.
De hecho, este mismo fin de semana, otra polémica sacudió la plataforma: la empresa de IA del propio Musk, xAI, tuvo que pedir disculpas por un incidente en el que su asistente de inteligencia artificial, Grok, publicó elogios a Adolf Hitler en X. El error fue atribuido a fallos en el sistema, pero ha reabierto el debate sobre los riesgos de sistemas de IA sin filtros ni controles éticos.
La relación entre estos dos incidentes no es casual: ambos revelan fallos estructurales en la seguridad y moderación de la plataforma X, que desde su compra ha perdido personal clave en ciberseguridad y políticas de contenido.
Además, este hackeo pone en evidencia lo vulnerables que son incluso las cuentas institucionales en redes sociales. Que una figura como Elmo, controlada por una organización sin fines de lucro y centrada en la infancia, pueda ser utilizada como herramienta para la propaganda política y antisemita debería encender todas las alarmas sobre la gestión de redes sociales por parte de grandes plataformas tecnológicas.
¿Qué responsabilidad tiene X en todo esto?
Aunque el mensaje fue eliminado y la cuenta restablecida, la responsabilidad de la plataforma es ineludible. Desde que Musk eliminó políticas clave de moderación, no hay suficientes mecanismos para detectar y frenar contenidos de odio en tiempo real. Esto no solo afecta a figuras públicas o instituciones, sino que abre la puerta a campañas masivas de desinformación, odio o manipulación ideológica.